Un proyecto que se despide

El camino se ha convertido en senda. Extremadura no tendrá equipo profesional en la temporada 2009, aunque al menos no perderá su estructura y continuará ligado al ciclismo en el seno de la categoría élite y sub23. El agua ya llegaba al cuello desde hace meses, así que finalmente han optado por abandonar el barco y seguir remando en bote. Decisión loable. El necesitado campo amateur recibe a un conjunto que está llamado a destacar en las mejores pruebas del calendario nacional, o al menos con esa intención se da continuidad a la formación extremeña.

La historia de Extremadura ha seguido una trayectoria desigual. Desigual en cuanto a que los resultados no han ido unidos al presupuesto y en cuanto a que el aumento de categoría no ha supuesto una mejora en el rendimiento deportivo. Tres temporadas con licencia continental (las dos primeras con el patrocinio de Spiuk) y la última en la categoría profesional - continental, aquélla que da derecho a participar en todas las pruebas del calendario español.

El problema es que no se contaba con un presupuesto sólido para dar ese salto. Ni se pudo inscribir en el programa del pasaporte biológico, indispensable para participar en la Vuelta a España, ni se logró asegurar el pago a los corredores hasta final de año. Con lo que aportaba el gobierno extremeño sólo se podía hacer frente a las nóminas hasta el mes de octubre, así que se optó por una decisión de emergencia. Los ciclistas firmaron un documento por el que se hacían cargo de sus sueldos durante los tres últimos meses del año, o lo que es lo mismo, aceptaban no cobrar durante ese periodo si no aparecía un nuevo patrocinador que aportara el montante económico. De ahí el término "Ciclismo solidario".

El equipo no mentía. No se pagaría ese trimestre a menos que alguien aumentara el presupuesto. Sin embargo, resulta indudable que todos estos líos han acabado pasando factura a un conjunto que ha cerrado 2008 sin una sola victoria. Justo el año en el que supuestamente contaban con un mejor bloque y en el que, además, habría más días de competición, algo que no parece tan claro, ya que se aseguraban Murcia, Valencia, Andalucía o Castilla y León pero a cambio no podían competir en carreras como Extremadura, León, Circuito Montañés o Cinturón de Mallorca, pruebas de menor nivel y en donde se habían conseguido la mayoría de las victorias años atrás.

La racha pudo haber cambiado muy pronto, en una de las primeras vueltas de la temporada. Aitor Pérez Arrieta se quedó a tan sólo centímetros de batir a Chechu Rubiera en la línea de meta de Totana, final de la segunda etapa de la Vuelta a Murcia. Además, Rodrigo García, Jesús Javier Ramírez o Jaume Rovira tenían mucho que ofrecer a lo largo de la temporada. Pero el extremeño no estuvo a gusto en todo el año, el manchego arrancó aquejado de lesiones y le costó alcanzar un buen estado de forma y el catalán, aunque hizo gala de su gran regularidad con un quinto en Euskal, un décimo en Asturias y un cuarto en el Cto de España, siempre tuvo algún rival que le negó la victoria.

Si se entregara un premio al mejor corredor del equipo en estos cuatro años, probablemente recaería en el vasco Aitor Pérez Arrieta. El de Zegama volvía este 2008 a las órdenes de Alfonso Rodríguez tras dos años en Caisse D´Epárgne y de haber vestido en 2005 el jersey de líder en el UCI Europa Tour, la mejor 'victoria' de la escuadra junto a la etapa que el menudo Jorge Ferrío logró en la Vuelta a Portugal, uno de los seis triunfos que Spiuk - Semar sumó a su palmarés en su temporada de debut. En 2006 fueron sólo cuatro las victorias, destacando la general del Tour de los Pirineos del gallego Enrique Salgueiro y, sobre todo, la de la Vuelta a Extremadura de Pedro Romero, el gran objetivo del conjunto de la tierra. Ya con el patrocinio de Extremadura, 2007 se cerró con seis nuevos éxitos. Dos etapas en el Circuito Montañés con Pedro Romero y Javier Ramírez, otra en el Cinturón de Mallorca, lograda por el propio 'Javi Mancha', un triunfo en Portugal en la Vuelta tras os Montes con Fernando Torres, el prólogo del Tour de los Pirineos con victoria para Juan Carlos Fernández y, por encima de todo, la cuarta etapa de la Vuelta a Madrid con el andaluz Javi Moreno.

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