viernes, agosto 22, 2008

De Usurbil a Astaná

Para romper la baraja en el mundo del ciclismo hay que sorprender con un movimiento fuera de lo común, atípico, capaz de dejar con la boca abierta a todo el que se mantuviera al margen de la negociación. Haimar Zubeldia, Johan Bruyneel y KEC Pro Sport han roto la baraja. El de Usurbil abandonará Euskaltel - Euskadi a final de temporada después de once años de servicio en la formación dirigida por Miguel Madariaga.

Este fichaje podría calificarse como la madre de todas las sorpresas, un grito al orden preestablecido en el seno del conjunto naranja. Haimar ha sido una de las referencias del equipo vasco durante el último lustro, más aún tras la marcha de Iban Mayo a Saunier Duval la pasada campaña. Y ha sido una referencia tanto dentro como fuera de la carretera. Mucho se ha discutido sobre el sueldo del guipuzcoano y sobre el rendimiento que éste daba en carrera. Zubeldia ha sido el corredor mejor pagado de Euskaltel - Euskadi y lo ha sido con unas referencias exiguas, insuficientes para alcanzar tales minutas en cualquier otra escuadra.

Sin embargo, en Euskaltel justicaban el salario de su jefe de filas aludiendo al palmarés de su estrella ante la prensa pero reconociendo en su fuero interno que el mercado ciclista no le ofrecía en esos momentos mucho más donde elegir. Quizá fuera excesivo pagar esa cantidad a Zubeldia pero el precio de perderlo podría ser mucho mayor si no se encontraba otro reclamo con el que rellenar su hueco. Los patrocinadores quieren apellidos con los que puedan identificarse los aficionados y, con Mayo de amarillo, Haimar era la única figura capaz de hacer soñar a la marea naranja con un podio en el Tour de Francia.

Pero todo ha cambiado en apenas un año. Zubeldia ha pasado de finalizar quinto en la Grande Bouclé, a hundirse en la general de la ronda gala. Además, ya no es el corredor estrella de su equipo. Samuel Sánchez ha cubierto esa plaza y, por si fuera poco, lo ha hecho a lo grande: proclamándose campeón olímpico de ciclismo en ruta. Samu ha brillado en las Clásicas y ha conseguido aquello por lo que el de Usurbil ha luchado tanto: un podio en una gran vuelta, concretamente la Vuelta Ciclista a España. Poco importa que el nuevo campeón olímpico haya nacido en Asturias, para la afición vasca Samuel Sánchez es uno más, un ciclista criado en su tierra. Las negociaciones entre guipuzcoano y Astaná comenzaron a la finalización del Tour de Francia pero el propio corredor ha reconocido que ya había decidido cambiar de aires al final de esta campaña.

Por si fuera poco, Haimar ha sido abiertamente cuestionado por gran parte de la afición naranja durante los últimos meses. Se le ha criticado su excesiva cautela a la hora de moverse en cabeza, su obcecación con el Tour de Francia, dando de lado al resto de pruebas importantes y, sobre todo, los resultados obtenidos en relación con lo esperado cada pretemporada.

Zubeldia se va. Se marcha a Astaná para ayudar a Alberto Contador en su batalla por coronarse como el mejor vueltómano de la actualidad. De azul, se acabarán muchos de los problemas de Zubeldia. La presión, la prensa escribiendo páginas y páginas, el dedo que busca tu nombre en el folio de clasificaciones. Después de más de una década en casa, hará las maletas y conocerá un nuevo ciclismo, el del sacrificado gregario. Aplaudo su decisión. Estoy seguro de que con el cambio no ganará económicamente, aunque estoy convencido de que deportivamente, volveremos a ver a un buen Zubeldia.

martes, agosto 12, 2008

Dudas de oro


O en este país nos estamos mal acostumbrando, o es que cada vez somos más exigentes. Transcurridas las cuatro primeras jornadas de Juegos Olímpicos, sorprenden las críticas vertidas contra el seleccionador español de ciclismo, el técnico que, por el momento, ha logrado el único oro de nuestra delegación.

Se ha hablado mucho, demasiado, acerca de si los cinco integrantes de la nacional debían de ser los elegidos por Antequera o, si por el contrario, algún cambio hubiera mejorado las prestaciones de un equipo que respondió en la carretera, a pesar de que las adversidades aparecieron a lo largo de las más de seis horas de competición. Resulta muy sencillo valorar en pretérito pero, aún con los contratiempos surgidos, sigo pensando que el técnico valenciano no falló en su cinco.

Pocos se atreverán a discutir la idoneidad de seleccionar a Samuel Sánchez y Alejandro Valverde. El asturiano completó una carrera perfecta, colocándose en el corte decisivo, dando las pedaladas adecuadas en cada momento y rematando como un auténtico campeón una prueba que muchos han esperado a lo largo de los últimos cuatro años. Al murciano también hay poco que criticarle. Pagó cara su condición de favorito, al igual que Bettini. Los presuntos líderes de los dos combinados más potentes se secaron mutuamente, echando por tierra sus opciones de conseguir medalla. Tanto Valverde como Bettini demostraron su clase, arrancando en la parte final del repecho y enlazando con un grupo del que formaban parte corredores como Cadel Evans, Santiago Botero o Christian Vandevelde. Para ambos era demasiado tarde. Las preseas habían volado.

Sin embargo, si se ha cargado contra el resto de integrantes de la selección, algo que personalmente encuentro incomprensible. Partiendo de que las opiniones son libres, me cuesta encontrar motivos reales para poner en duda la presencia de Óscar Freire, Carlos Sastre y Alberto Contador en estos Juegos Olímpicos. Nos puede gustar más o menos el papel desempeñado por ellos en la prueba en ruta pero, de antemano, aparecían como los mejores corredores para representarnos en una competición de esta envergadura. Es cierto que el cántabro no tuvo un buen día y que su presencia resultó casi testimonial, pero una vez reconocido el recorrido me hubiera parecido un error de bulto haber dejado en casa al triple campeón del mundo. El circuito presentaba zonas muy duras, con un repecho largo, sin apenas zonas para el descanso, pero, lejos de suponer un problema, estas características favorecen a un ciclista de sus cualidades. La subida se adaptaba a un Óscar Freire que, de haberse encontrado en mejores condiciones físicas, podría haber luchado por todo. ¿Quién sabía que el de Rabobank padecería una gripe días antes de la carrera? Imposible prever situaciones de este tipo.

Es posible que Carlos Sastre cometiera fallos tácticos durante las primeras vueltas al circuito, pienso que dio relevos demasiado duros en los primeros compases de la fuga, pero aún así demostró que su billete a Pekín estaba justificado más que de sobra. Aguantó delante hasta que se rompió la carrera y supo proteger a los dos líderes durante la decisiva penúltima vuelta. Contador no puedo resistir con los mejores cuando los favoritos le pidieron una vuelta de tuerca más pero, aún así, ¿quién en su sano juicio hubiera dejado al madrileño en casa después de lo mostrado durante el último año? Puede que llegara un poco corto de forma a Pekín pero aún resta la prueba contra el crono, donde el líder de Astaná figura como nuestra mejor baza en la lucha por las medallas. Criticar es gratis pero contar con un equipo como el de este agosto de 2008 resultará complicado de igualar en futuras citas.

jueves, agosto 07, 2008

Una carrera de ¿selecciones?

Una prueba distinta, capaz de levantarnos de la cama a las cinco de la mañana. Estamos acostumbrados a seguir deportes de madrugada pero no ciclismo. Una disciplina de raíces europeas, donde las grandes citas se celebran con muy poca diferencia respecto al horario marcado por Greenwich. Sólo recuerdo haber pasado una noche en vela para presenciar ciclismo en directo. Fue hace ocho años, en los Juegos Olímpicos de Sidney. Aquel circuito no fue demasiado duro pero aún así disfrutamos de un bonito espectáculo con la batalla a tres bandas entre Estados Unidos - Italia y T - Mobile. El equipo se impuso a las selecciones y los hombres de rosa coparon el podio con Ullrich, Vinokourov y Kloden en plan estelar. Ni la dupla Bettini - Bartoli, ni el trabajo de Armstrong en favor de Hincapié pudieron impedir que los corredores de la formación germana se repartieran los metales en aquellos juegos. Para Kazakistán era todo un logro la plata y Alemania conseguía un doblete que colmaba todas sus aspiraciones. Aún así, la resolución nos dejó un poco cariacontecidos. Esperábamos más lucha y que, por lo menos, el desenlace no fuera el pactado por una marca comercial.

Parece complicado que en esta ocasión se repita la historia. Sólo CSC - Saxo Bank cuenta con hombres suficientes - hasta 16 - para imponer la táctica de equipo en una prueba de selecciones. Lo cierto es que más que la cantidad, lo que destaca de los hombres del equipo danés es su calidad. Los hermanos Schleck, Carlos Sastre, Cancellara, Voigt, Arvesen, Gustov, O´Grady y Nicki Sorensen. Exacto. No se estrujen el cerebro. Es el mismo nueve que dinamitó hace un par de semanas las etapas de montaña en el Tour de Francia. Además, a ellos hay que sumar a Kolobnev, pletórico como demuestra su reciente actuación en San Sebastián, Gustav Larsson, Chris Sorensen, que también llega en un gran momento de forma, Jason Mccartney, Karsten Kroon, Marcus Ljungqvist y Juan José Haedo. Ahí es nada. ¿Se imaginan a estos 16 corredores trabajando en equipo? Parece difícil que se les escapara el oro. Sin embargo, por el bien del ciclismo, espero que cada uno se limite a defender la bandera de su país y que, por un día, olvide cuál es la marca comercial que le paga.

Me parece imposible que Carlos Sastre devolviera el favor a los hermanos Schleck echándoles una mano en la cita olímpica. Y me parece imposible por dos razones: la primera, y más importante, porque si de algo anda sobrado Sastre es de dignidad como deportista. En infinidad de ocasiones se ha quejado de la falta de ética de alguno de sus compañeros en carrera, por lo que resultaría contradictorio que ahora tuviera comportamientos de ese tipo. La segunda razón es el tremendo castigo mediático que caería sobre él. Me parece importante repetir mi opinión a este respecto. Confío plenamente en Sastre. Estoy seguro de que de trabajar lo hará únicamente en favor de la selección. Sin embargo, debido a los antecedentes ya recordados y a la excelente labor que sus compañeros le brindaron en el Tour, es un caso que merece la pena ser planteado. Del mismo modo que he nombrado a Sastre podría mentar a Voigt. Un titán que puede resultar clave en las primeras ascensiones al duro repecho olímpico.

Quizá peque de bueno o resulte ingenuo confiando en la profesionalidad de estos deportistas pero confío al cien por cien en que el sábado presenciaremos una carrera 'limpia', en la que cada uno apostará por sus colores. Sin embargo, en una prueba en la que las selecciones importantes sólo cuentan con cinco corredores siempre es sencillo encontrar actitudes de este tipo. Es algo habitual incluso en Mundiales, donde los equipos cuentan con nueve componentes. Yo he visto en directo a corredores argentinos y bielorrusos vaciándose en favor de la azzurra. Espero que en Pekín todos apuesten a su país.