martes, septiembre 30, 2008

Líder busca equipo


Desde el mismo momento en que Lance Armstrong anunció su regreso al mundo del ciclismo el pasado 10 de septiembre, mi mente comenzó a disociar los caminos del texano y de Alberto Contador. Demasiado gallo para un solo corral, aunque ese corral fuera el Astaná de Johan Bruyneel. El director belga ha sido el maestro y mentor del corredor madrileño desde que abandonara el regazo de Manolo Sáiz. Juntos han vencido el Tour, el Giro y la Vuelta, un tríptico que ni el propio Lance fue capaz de subir a un palmarés excelso pero centrado en casi su totalidad en el Tour y en los caminos que llevan a la Grande Bouclé.

A pesar de esa fluida relación Contador - Bruyneel, la amistad entre belga y Armstrong deja en nimiedad cualquier apego posible con el ciclista madrileño. Johan infunde respeto desde el volante de director. Un respeto ganado durante los siete Tour consecutivos de L.A. El yankee se subirá de nuevo a la bici más cercano a la cuarentena que a la treintena, con la duda de si su regreso durará una temporada o, como mucho, dos y con la gran incertidumbre de si será capaz de volver a codearse con los mejores corredores del mundo. A pesar de todos esos obstáculos, en Astaná tienen claro por qué corredor apostar si han de elegir entre Armstrong y Contador. Y créanme, han de elegir.

Por mucho que Armstrong quiera probar nuevas experiencias australianas o rodar por las carreteras del Giro, algo que nunca hizo en sus 14 temporadas como profesional, su gran objetivo se ubica en el mes de julio y responde al nombre de 'Tour de Francia'. Su trazado plan de regreso triunfal no se entiende si en su cabeza no ronda el sueño de volver a subir a lo más alto del podio parisino. En ese sueño no hay lugar para trabajar en favor de otro compañero, aunque ese corredor sea el mejor especialista del pelotón internacional. Armstrong quiere el Tour, lo mismo que Alberto Contador.

El jersey oro de la última Vuelta sabe que el americano diseñará el nueve que más le convenga y que si en un determinado momento uno tuviera que hipotecar sus opciones en favor del otro, siempre sería él quien tuviera que ceder en sus pretensiones. Por eso no extraña que desde hace semanas se especule con un cambio de equipo del madrileño. Las opciones no son muchas, más bien se podría decir que se limitan a sólo cuatro, pero todas ellas resultan más atractivas en estos momentos para el futuro de Contador. Astaná dejaría marchar a un corredor de 25 años con todo el futuro por delante pero hay dos factores contra los que no puede luchar el pinteño: la fe de Bruyneel en Armstrong y la enorme deuda que el belga contrajo con el siete veces amarillo en París.

Armstrong vuelve y Contador ha de cambiar de equipo... rápidamente me vino a la cabeza el nombre de Caisse D´Epárgne. El conjunto hispano francés tendría que aumentar su presupuesto para afrontar este fichaje. Sin embargo, aún con la crisis que golpea al ciclismo español, el nombre de Contador atrae por si solo a un buen número de empresas de muy diversos sectores. El posible problema entre Valverde y Contador queda despejado desde el mismo momento en que el murciano reconoce que él podría centrarse en las Clásicas y en la Vuelta a España, dejando sobre los hombros del madrileño la responsabilidad en el Tour de Francia. Todos podrían salir ganando. Unzué encontraría su tan anhelado Hombre Tour, Contador lideraría un equipo de garantías para la Grande Bouclé y Valverde dejaría de atraer la atención en una carrera que, hasta el momento, se le ha atragantado.

Katyusha, Team Columbia y Saxo Bank representan el resto de formaciones capaces de asumir el fichaje de un corredor de este calibre. Los rusos disponen del capital pero no así del bloque y la experiencia, Columbia es una opción arriesgada, en tanto que todos los líderes extranjeros que han capitaneado el ex T-Mobile en el Tour se han estrellado frente a un muro invisible y Saxo Bank se descarta de la puja tal y como ha manifestado Bjarne Riis. La presencia de los hermanos Schleck parece más que suficiente para luchar por la general de la ronda francesa las próximas temporadas.

lunes, septiembre 29, 2008

España huyó del oro


El dolor de una derrota se mide por las circunstancias que rodean a ésta. El hundimiento de la selección española en Varese ha puesto de manifiesto la superioridad táctica del gran adversario español, la azzurra de Ballerini. Se puede caer pero siempre con honor y habiéndolo dado todo en el campo de batalla. El cuadro de Antequera se diluyó en el caldo cuidadosamente preparado por Italia, rindiéndose de antemano a pesar de contar con armas tan poderosas como las de los transalpinos.

Y es que España no fue España. Decir que sus corredores están en decadencia es tan absurdo como negar que 2008 ha sido el mejor año en la historia del ciclismo nacional. Sin embargo, el bloque de Paco Antequera hincó la rodilla en el maremágnum táctico de la última vuelta. Los nuestros no supieron estar donde les correspondía y, por si fuera poco, el bochorno del fuego cruzado en meta debió sonrojar a más de uno. Casi más lamentable que el resultado en carrera. Justificar una derrota aludiendo a fallos en el pinganillo, pone de manifiesto el nulo sentido táctico de corredores de primer nivel, curtidos en las mejores pruebas del calendario internacional. El seleccionador ha querido repetir la arriesgada jugada de Pekín, defendida en este blog pero manida tal y como se ha demostrado este sábado en la lombarda Varese.

Freire acusaba a Valverde, el murciano se defendía y Antequera disparaba con bala, descargando de su persona cualquier rastro de responsabilidad. Todos tuvieron la culpa. Todos excepto los dos titanes de la española: Joaquim Rodríguez y Juanma Gárate, los dos únicos corredores que aunaron a sus buenas piernas una formidable lectura de la prueba. El resto no estuvo a la altura de un Campeonato del Mundo. Mosquera, Contador, Noval, Luis León y Samu faltos de energía y Freire y Valverde carentes de la habilidad necesaria para no dejar marchar a un grupo con Rebellin, Cunego y Ballan. Si. Vuelvan a leerlo. España respondió a un ataque de tres de los cuatro capos azzurros con Joaquim Rodríguez y con un Samuel Sánchez incapaz de seguir la rueda de Assan Bazayev, Kristian Fajt o Andriy Grivko, ciclistas que han llegado al Mundial con un gran golpe de pedal pero que ponen de manifiesto el mal momento del asturiano. Polonia no era el camino que llevaba a Lombardía. ¡Cuánto habremos atacado a Sastre pero qué loable me parece renunciar a una carrera si crees que no vas a luchar con los mejores!

Valverde debió de estar en esa fuga. Cierto. En cambio Antequera se equivocó negándole la oportunidad en una escapada en la que Italia contaba con Bettini pero en la que los hoy patrocinados por el Ayuntamiento de Murcia jugaban con las cartas de Juanma Gárate, Joaquim Rodríguez y el propio Alejandro Valverde. El técnico valenciano tenía claras dos cosas: había que trabajar para Freire y a Bettini se le debía anular en cualquier amago de movimiento. Quizá por eso negó el relevo en un grupo que hubiera llevado a los nuestros a una medalla con una probabilidad superior al 80%. ¿Qué cara se le debió quedar al de Caisse D´Epárgne al comprobar que no contaría con un mínimo de confianza? Después falló él pero ésa la deja bien guardada. Hago mío un comentario de un gran seguidor de este deporte. Quizá sea el momento de que Valverde dé un golpe sobre la mesa.

Qué decir de Italia. Apostaron por la victoria, fueron valientes y como premio se llevaron su tercer maillot arco iris consecutivo. No sólo eso. Cunego se colgaba la plata, completando un soñado doblete para el conjunto Lampre, y Rebellin se quedaba a un paso de nacionalizar el podio tras perder el bronce frente a la realidad danesa de Matti Breschel. Sin embargo, el acierto de Ballerini fue su regate a Antequera. Dejarle pensar que Paolo Bettini lideraría en solitario un equipo de ensueño. El 'Grillo' parecía la mejor rueda a seguir pero alguno confundió el término mejor con 'única'. Para cuando los españoles se dieron cuenta de la trampa en la que habían caído, Bettini saludaba jocosamente a Zabel, Boonen, Freire, Schleck o Valverde, el parte de grandes derrotados de este Mundial, corredores que se cegaron en la Specialized del último arco iris pero que olvidaron de la Willier de un Alessandro Ballan que merece como pocos un título como este. No todos los corredores son capaces de domar los muros de Flandes y de aguantar el arreón de un pelotón de escaladores en Pirineos. El arco iris recae en buenos hombros.

miércoles, septiembre 10, 2008

El regreso del Capitán América



Septiembre es el peor mes para escribir en el blog, ya que el trabajo me llega hasta arriba, pero merece la pena escribir un artículo sobre la noticia más sorprendente de los últimos años. En cuestión de horas.