El Koppenberg no miente. Lo que nos enseña este terrible muro en sus 600 metros de longitud, suele ser un fiel de reflejo de lo que sucederá en la meta de Ninove - Meerbeke un par de horas después de que los ciclistas afronten unas rampas que alcanzan hasta el 22% de desnivel y que se mantienen casi siempre por encima del 10%. A ello hay que sumar el pavés y la estrechez de la calzada, elementos que suben a los altares ciclistas un muro que une pasado y presente del ciclismo. Y ayer, el Koppenberg volvió a hablar, un año después de que los achaques de la edad le dejaran mudo en su cita predilecta. Su palabra volvió a ser contundente. Sólo los que allí demostraron entereza, fueron capaces de brillar en la parte final de De Ronde. El Koppenberg nos enseñó que los más fuertes de la carrera vestían el maillot de Quick Step y que respondían a los nombres de Stijn Devolder y Tom Boonen. También nos mostró que Juan Antonio Flecha podía andar cerca de los primeros y que corredores como Fabian Cancellara o Alessandro Ballan sufrirían mucho toda vez que se desencadenara la batalla definitiva.
La Ronde Van Vlaanderen volvió a conciliar espectáculo y espectador. Carreteras atestadas de público, una Plaza Central de Brujas que rugía como podría hacerlo el león rampante flamenco y una meteorología digna de la épica ciclista. Durante más de la mitad de la carrera, los corredores no solo tuvieron que soportar el intenso frío de la campiña belga, sino que, además, miraban con pesadumbre un cielo que les arrojaba copos nieve durante el paso de los primeros muros. Las imágenes de Óscar Freire con los ojos terriblemente hinchados eran el fiel reflejo de la dureza de la prueba.
Pero el triunfador ayer fue Stijn Devolder y, por ende, Patrick Lefévere. El director de Quick Step dominó una de las carreras más complicadas de todo el calendario internacional con sólo tres hombres. Eso sí, dos de ellos fueron los más fuertes de la prueba y el tercero estuvo siempre presto para el trabajo. Nadie estuvo a la altura de Devolder y Boonen. Nadie habría estado a la altura de Boonen si el campeón de Bélgica hubiera defendido otro maillot diferente al suyo. Boonen demostró en el Koppenberg que tenía un punto más que el resto de adversarios y esa superioridad bien lucida en el muro de los muros, sirvió para controlar un grupo de favoritos que temía la arrancada del ex campeón del Mundo en las rampas del Bosberg o el Muro de Grammont. Eso sí, no hay que restar ni un ápice de reconocimiento a la victoria de Devolder. El belga demostró durante todo el recorrido que disfruta de uno de los mejores estados de forma de toda su carrera. Llegado a Quick Step para brillar en las vueltas por etapas, su primer gran éxito ha llegado en una de las Clásicas más importantes del mundo, uno de los Cinco Monumentos del ciclismo mundial. Controlar para Boonen, atacar junto al campeón del último año, ser cazado, volver a fugarse y ganar es algo sólo al alcance de un fuera de serie.
La nonagésimosegunda edición fue también la del ciclismo español. ¿Por qué no decirlo? Nunca los nuestros tuvieron tanto protagonismo en la Vuelta a Flandes. Nunca se había conseguido una plaza entre los diez primeros y en un solo año se ha logrado subir al podio de De Ronde gracias a Juan Antonio Flecha, el más flandrien de los españoles, un corredor que lleva semanas viviendo en esa zona, empapándose de lo que es competir en estas carreras. El catalán estuvo a sólo nueve segundos de dar caza de Devolder pero resultó imposible. Un pequeño repecho a sólo dos kilómetros de meta hundió a un Flecha que peleó por el podio toda vez que fue cazado por Nick Nuyens, otro de los destacados en esta temporada flandrien. Pero no sólo destacó Flecha. Óscar Freire se mantuvo en cabeza durante muchos kilómetros e incluso buscó la fuga en las cercanías del Taaienberg. Carlos Barredo fue otra de las claves de la carrera. El asturiano nunca falló a su equipo y trabajó a destajo para Boonen y Devolder. Por si fuera poco, consiguió llegar a meta en el grupo de favoritos. Un grupo del que cabe destacar dos nombres para el futuro, uno ya apuntado, el del esloveno Simon Spilak, y otro totalmente sorpresa, hasta para sus propios compañeros, el del holandés Sebastien Langeveld.
1 comentario:
Gran artículo, como nos tienes acostumbrados, sobre una Vuelta a Flandes impresionante, que nos hizo emocionarnos viendo que Flecha casi consigue un gran triunfo, y que nos hizo conformarnos (como si fuera poco) con el podio. A los que has destacado querría unir a un Litu que estuvo muy bien situado hasta que se metió un trompazo en el que se rompió el radio, y de los jóvenes a Terpstra, que también lleva una gran temporada por el Norte...
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