Desde que se decidió poner en marcha una liga mundial, en la que los equipos de primera categoría se decidían por el dinero que eran capaces de pagar, me mostré contrario a ese invento llamado ProTour. No volveré a enumerar los males de la liga, que con el paso del tiempo en vez de subsanarse se han multiplicado. Sin embargo, reconoceré la persistencia de los dirigentes de la UCI que, contra viento y marea, continúan defendiendo su idea a pesar de los golpes que temporada tras temporada sigue recibiendo el corazón del ProTour. ¿Virtud o defecto? En este caso no tengo duda; defecto. No suelo echar mano del refranero pero esta vez creo necesario hacer una excepción. Rectificar es de sabios señores de la UCI y el rechazo a lo obvio puede hundirles el negocio en años futuros.
Viene todo esto a cuento por la reunión mantenida ayer lunes por el Consejo del UCI ProTour en su sede Ginebra. Cuando lo más inteligente sería cerrar el chiringuito, reconocer el error y buscar nuevas alternativas, McQuaid y sus secuaces se han sacado de la manga una noticia tan sesgada como cualquier nota de prensa de gabinete político. Según cuentan, los directivos se mostraron encantados por lo acontecido en el Tour Down Under. Califican de éxito el desarrollo de la prueba australiana, a pesar de que ha habido sprint masivo en todas las jornadas, el espectáculo ha brillado por su ausencia y el vencedor de cuatro etapas y la general, pertenece a un equipo tan bueno tan bueno que ni siquiera está invitado para el próximo Giro de Italia. Que más da señores de High Road. No pueden correr el Giro pero si el Tour Down Under, Benelux y Polonia.
Y quien sabe, quizá en próximos años la tourneé contenga pruebas tan míticas como una carrera en China u otra en Rusia. Qué lejos quedan aquellos años en los que competir en China era un castigo que el Juan Fernández de turno imponía al Escartín que decidía cambiar de aires. Y es que a los de la UCI no les queda otra. Con Tour, Giro y Vuelta, y todas sus carreras satélite, fuera del ProTour, hay que rellenar calendario con lo que sea. Y si lo que sea está dispuesto a soltar mucho dinero mejor que mejor. ¿A quién le van a vender que el ProTour es el circuito élite del ciclismo mundial? Al buen aficionado seguro que no. Al que se limita a seguir el Tour en julio tampoco. A los amantes de las clásicas menos. De Ronde se mantiene a la vera de la UCI pero es un oasis en el desierto.
Mientras que la UCI continúa reconstruyendo un edificio en ruinas llamado ProTour, en el que el metro cuadrado continúa costando una barbaridad, RSC devuelve a la realidad a los conjuntos de la liga. Los organizadores del Giro han anunciado que Astaná no estará en el Giro porque iba a competir con un equipo de circunstancias. Mientras tanto, Alain Gallopin, director del equipo celeste, ha asegurado que Janez Brajkovic iba a comenzar la corsa rosa buscando un buen puesto en la general y que Andreas Kloden acudiría para preparar el Tour. ¿Quién lleva razón? Los dos seguro que no y Gallopin no tiene por qué mentir. Él asegura que la gazzetta conocía de la presencia de Yani en el equipo del Giro. Eso sí, Zomegnan ha anunciado que aún podrían otorgar una invitación más. Acqua Sapone y High Road podrían pelear por ella, con franca ventaja para el conjunto norteamericano.
Viene todo esto a cuento por la reunión mantenida ayer lunes por el Consejo del UCI ProTour en su sede Ginebra. Cuando lo más inteligente sería cerrar el chiringuito, reconocer el error y buscar nuevas alternativas, McQuaid y sus secuaces se han sacado de la manga una noticia tan sesgada como cualquier nota de prensa de gabinete político. Según cuentan, los directivos se mostraron encantados por lo acontecido en el Tour Down Under. Califican de éxito el desarrollo de la prueba australiana, a pesar de que ha habido sprint masivo en todas las jornadas, el espectáculo ha brillado por su ausencia y el vencedor de cuatro etapas y la general, pertenece a un equipo tan bueno tan bueno que ni siquiera está invitado para el próximo Giro de Italia. Que más da señores de High Road. No pueden correr el Giro pero si el Tour Down Under, Benelux y Polonia.
Y quien sabe, quizá en próximos años la tourneé contenga pruebas tan míticas como una carrera en China u otra en Rusia. Qué lejos quedan aquellos años en los que competir en China era un castigo que el Juan Fernández de turno imponía al Escartín que decidía cambiar de aires. Y es que a los de la UCI no les queda otra. Con Tour, Giro y Vuelta, y todas sus carreras satélite, fuera del ProTour, hay que rellenar calendario con lo que sea. Y si lo que sea está dispuesto a soltar mucho dinero mejor que mejor. ¿A quién le van a vender que el ProTour es el circuito élite del ciclismo mundial? Al buen aficionado seguro que no. Al que se limita a seguir el Tour en julio tampoco. A los amantes de las clásicas menos. De Ronde se mantiene a la vera de la UCI pero es un oasis en el desierto.
Mientras que la UCI continúa reconstruyendo un edificio en ruinas llamado ProTour, en el que el metro cuadrado continúa costando una barbaridad, RSC devuelve a la realidad a los conjuntos de la liga. Los organizadores del Giro han anunciado que Astaná no estará en el Giro porque iba a competir con un equipo de circunstancias. Mientras tanto, Alain Gallopin, director del equipo celeste, ha asegurado que Janez Brajkovic iba a comenzar la corsa rosa buscando un buen puesto en la general y que Andreas Kloden acudiría para preparar el Tour. ¿Quién lleva razón? Los dos seguro que no y Gallopin no tiene por qué mentir. Él asegura que la gazzetta conocía de la presencia de Yani en el equipo del Giro. Eso sí, Zomegnan ha anunciado que aún podrían otorgar una invitación más. Acqua Sapone y High Road podrían pelear por ella, con franca ventaja para el conjunto norteamericano.
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