Repasando la lista de equipos participantes en el próximo Giro, me sigue sorprendiendo la aparición de NGC Medical, un conjunto que muchos han conocido por primera vez gracias a la invitación para la prueba italiana. La organización ha querido premiar a esta formación con una wild card, que se basa sobre todo en el trabajo bien hecho. La estructura de NGC funciona desde 2006, año en el que surgió el equipo con el patrocinio de OTC Doors, hoy segundo sponsor de la escuadra de italiana. Se nació en categoría continental, se dio el salto a profesional la pasada campaña y en el tercer año como conjunto ciclista llega el premio del Giro de Italia. En este tiempo ni un mal escándalo con el dopaje, se ha trabajado con la base y se ha formado algún corredor de nivel, caso del bielorruso Vasyl Kiryienka, hoy en Tinkoff. ¿Nivel deportivo para disputar el Giro? Puede que no pero desde luego su filosofía es merecedora de un premio así.
En el otro lado de la moneda tenemos el conjunto Preti Mangimi. Es un caso casi paralelo. Dos maneras de ver el ciclismo actual. También se creó en categoría continental, con el patrocinio de Kio - Ene. Esta campaña ha ascendido a profesionales gracias a la inversión de una marca de alimentos, y también a que Marino Basso ha presentado los papeles a tiempo esta vez. Si NGC ha apostado por los jovenes, Preti Mangimi lo ha hecho por la veteranía. Dos modos de entender el ciclismo, tan respetable uno como el otro. Sin embargo, si NGC ha tenido premio, no ha ocurrido lo mismo con Preti Mangimi. Quizá el contar en sus filas con un corredor como Serguei Gonchar, relacionado con los escándalos de dopaje en T-Mobile ,haya pesado en su contra.
Lo cierto es que el equipo dirigido por Alberto Elli presenta una nómina de corredores de bastante nivel y, sobre todo, de mucho renombre. Junto al cróner ucraniano encontramos ciclistas italianos como Salvatore Commesso, doble campeón de Italia y vencedor de etapa en el Tour, el sprinter Marco Zanotti o uno de los vagones del treno de Petacchi estos últimos años, el teñido Fabio Sacchi. El veterano Michele Gobbi o los otrora prometedores Alessandro Bertuola o Mattia Parravicini son otras de las bazas del equipo de Marino Basso. Sin embargo, su más firme promesa es el ruso Boris Shpilevsky, quien gracias a su buen final de temporada, victoria incluida en la Firenze - Pistoia, es el actual líder del Europa Tour. El año pasado contaron con dos buenos sprinters; el joven Mattia Gavazzi y el experimentado Simone Cadamuro. El primero logró seis victorias, mientras que Cadamuro sólo sumó una. Motivo suficiente para que Cadamuro se marchara al Nippo - Endeka y apostaran esta campaña por Gavazzi. Lo cierto es que el fornido corredor italiano sólo ha logrado triunfos de segundo nivel, en carreras como la Jradanska Magistrala croata, el Tour de Normandía o la Vuelta a Navarra pero en el Giro podría haber medido sus fuerzas frente a los más grandes, con la ventaja además de tener a su lado gente curtida en las volattas de la corsa rosa, caso de Zanotti, Commesso o Sacchi.
Además de Cadamuro, su pérdida más destacada para esta temporada es la de Maurizio Biondo, que la pasada campaña se impuso en la general de la Vuelta a Navarra. A sus 27 años, el italiano se ha marchado al Cerámica Flaminia en busca de nuevas oportunidades, precísamente a otro equipo al que su mala planificación en los despachos le ha podido costar la plaza para el Giro. A buen seguro que Preti Mangimi consigue buenas victorias esta temporada. Mimbres tiene para ello.
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Arrancó este miércoles la Estrella de Bességes, primera ronda por etapas en suelo europeo. La primera etapa ha sido para el belga Jan Kuyckx, por delante de su compatriota Gianni Meersman. Por cierto, indispensable el artículo de Horacio Raya y José Manuel Rodríguez que aparece esta semana en el Meta sobre esta carrera francesa. Será el primero de un serial que nos acercará hasta las mejores pruebas del año ciclista.
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