Esto sí es ciclismo

A veces nos preguntamos la causa de que el ciclismo tenga cada vez menos cobertura televisiva, de por qué el ente público renuncia poco a poco a las pequeñas carreras y traslada la mayor parte de las retransmisiones ciclistas a Teledeporte. Y ahora, cuando se espera que me ponga a rajar y a argumentar las maldades de Televisión Española por dar la espalda al ciclismo, me posiciono a su lado y afirmo abiertamente que entiendo su postura.

Para llegar a esta conclusión sólo tuve que sentarme ayer tarde en casa delante del televisor y seguir dos carreras simultáneamente. Por un lado la Vuelta a Valencia y por otro la Het Volk. La primera prueba ha sido retransmitida durante años por TVE pero esta temporada han sido las televisiones autonómicas las encargadas de distribuir la señal, mientras que la carrera belga fue emitida en directo por Teledeporte.

Comparar el espectáculo que ofrecen ambas carreras resulta incluso irrisorio. La Vuelta a la Comunidad Valenciana no deja de ser un mero entrenamiento para futuras carreras. Cuatro sprints masivos, etapas sin historia, una llegada en alto con sólo dos ataques y más de cien corredores tomando el sol por las carreteras del Mediterráneo.

Los ingredientes cambian si hablamos de la Het Volk. Casi doscientos kilómetros por territorio flamenco en el que se jalonan muros míticos como Valkenberg, Muur, Kwaremont o Molenberg. La mayoría de éstos formarán parte dentro de poco menos de un mes del mítico Tour de Flandes, la carrera flamenca por antonomasia. Ataques continuos de primeros espadas, carreteras abarrotadas por público y banderas amarillas con el rugido del león flamenco en el corazón... espectáculo ciclista al fin y al cabo.

El ciclismo en televisión debería ser sinónimo a espectáculo, a grandes pruebas, a emoción al fin y al cabo. Retransmitir la Vuelta a Valencia, con todos mis respetos, es ofrecer una hora de pelotón compacto, un par de escapados que están destinados a ser cazados y una llegada masiva en la que los protagonistas no varían en exceso día tras día. Emitir una Clásica Belga asegura acción sin descanso y emoción hasta el último metro.

Ahí está el problema. Las retransmisiones ciclistas en España no se realizan por el espectáculo deportivo que depara la prueba, sino por el interés económico que hay en dichas carreras. Esto convierte el deporte en un negocio en el que el más perjudicado es el espectador, que en muchas ocasiones decide cambiar de canal. Está claro que las pruebas de una semana en España necesitan de las televisiones para sobrevivir, por eso la opción de las autonómicas no es una mala salida para carreras que, deportivamente hablando, no tienen mucho que ofrecer.

Si el gran público se sentará delante del televisor y conociera pruebas como la Het Volk, sabría qué es auténticamente ciclismo. Mientras que sólo sigamos pruebas regionales, el Tour y la Vuelta, el ciclismo seguirá languideciando.

¿Y qué nos deparó ayer Het Volk? Ciclismo en estado puro. Flecha, O´Grady, Pozzato, Boonen, Cooke, Nuyens... nombres que escriben con letra de oro la historia del ciclismo contemporáneo. El vencedor fue Pippo Pozzato, después de cazar en los últimos metros a Juan Antonio Flecha y Stuart O´Grady, que intentaron la fuga a falta de quince kilómetros. El italiano suma su segundo triunfo después del Tour Haut Var y presenta su candidatura a las grandes pruebas belgas. Hoy segunda semiclásica belga, la Kuurne Bruselas Kuurne, una nueva opción para un Flecha al que quizás le faltó un poco de cabeza en los últimos metros de la Het Volk.