domingo, octubre 29, 2006

La Operación Puerto no cambia nada

La noticia que estaba anunciada desde hace días se produjo finalmente el pasado viernes. La Federación Española de Ciclismo ha archivado los expedientes abiertos contra los ciclistas, con licencia en este organismo, supuestamente implicados en la Operación Puerto. Fulgencio Sánchez sigue de esta manera el camino iniciado por la Federación colombiana y la italiana, que hace días decidieron lo mismo en favor de Santiago Botero e Ivan Basso respectivamente.

Así pues, Mancebo, Quique Gutiérrez, Marcos Serrano, Joseba Beloki, Carlos García Quesada o Isidro Nozal tienen vía libre para seguir con sus carreras deportivas, ya que han sido exonerados por la Federación de toda culpa en lo relativo a la Operación Puerto.

Los únicos cuatro corredores que siguen manteniendo la suspensión cautelar son los italianos Michele Scarponi y Giampaolo Caruso y los alemanes Jorg Jaksche y Jan Ullrich - federación suiza-, si bien se espera que sus respectivas federaciones sigan los pasos de colombianos y españoles.

Estos acontecimientos desembocan en dos vertientes diferentes . Por un lado queda patente la incompetencia del CSD, con Lissavetzky a la cabeza, ya que no han sido capaces de aportar las pruebas necesarias para inculpar a unos corredores que estaban claramente ligados con la red de Eufemiano.

Por otro, tenemos a los corredores, quienes después de meses de sufrimiento quedan libres de pecado pero marcados para el resto de su carrera. Es más, ¿quién les devuelve sus Tours, Vueltas y resto de pruebas perdidas, cuando ahora no son culpables de nada? Si en el resto de deportes los profesionales ejercen su labor hasta que se demuestra su culpabilidad en los casos de dopaje, ¿por qué en el ciclismo el menor indicio es suficiente para apartar a los corredores de su trabajo?
El Código Ético no está haciendo ningún bien a este deporte, más cuando los poderosos deciden pasárselo por donde les da la gana cuando así les conviene, y en vez de mejorar, parece que se empeoran las cosas con los test de ADN, que según Lefévere ya han sido aprobados por los conjuntos del Pro Tour para próximas campañas.

Personalmente me alegro de que los ciclistas recuperen la dignidad y de que vuelvan a poder competir. Ellos no son más que títeres en este teatro organizado desde otras esferas ciclistas. Es más, los cazados no son más culpables que otros que no lo han sido. Los verdaderos culpables son los que administran las dosis, los que cuentan a sus corredores que ésa es la única manera de progresar y los que han montado un tinglado tan difícil de desmontar a día de hoy. Seguro que hay ciclistas que van por libre y se dopan bajo su única responsabilidad, pero las redes organizadas son el auténtico drama de este deporte. Eso sí, si los ciclistas no quieren volver a pasar una y otra vez por lo mismo y desean realmente cambiar el panorama, deben parar y comenzar de cero, ya que aunque difícil, quizás sea la única solución.

La Operación Puerto no ha acabado, ya que Manolo Sáiz, Vicente Belda, Labarta, Yolanda Fuentes y Alberto León siguen siendo investigados. De la resolución judicial depende el futuro de Manolo, de su licencia Pro Tour, de sus corredores y de que Astaná - el de Vinokourov y Kloden- sean Pro Tour o Profesionales.

No hay comentarios: