miércoles, septiembre 13, 2006

Sol, lluvia, niebla, Valverde y Antón

El Calar Alto, y la sierra almeriense de los Filabres, han supuesto otro paso adelante en las aspiraciones de Alejandro Valverde de ganar esta Vuelta Ciclista a España. El murciano se ha afianzado en su condición de líder, mostrando mayor entereza que sus rivales cuando la situación se ha puesto seria. Éstos no han sabido – o no han podido- atacar a Valverde allá donde pueden hacerle daño: desde lejos.

Ayer, con un terreno más que apropiado para las emboscadas lejanas, el pelotón llevó en volandas al de Caisse D´Epargne hasta las faldas de la segunda ascensión del Calar Alto. Antes de este último puerto, los ciclistas habían realizado otro paso en este observatorio astronómico, aunque esta vez por la vertiente que comienza en Bacares. y como aperitivo a ello afrontaron las duras rampas del Velefique. Pues bien, ninguno de los dos primeros puertos supuso problema alguno para Valverde y sus hombres, quienes se limitaron a controlar el ritmo del pelotón manteniendo a cierta distancia a los fugados del día.

Alejandro es el más fuerte de esta Vuelta – ayer lo demostró respondiendo a los ataques de Vinokourov y colocándose a su lado para hacer diana en la moral del kazajo- y además tiene el mejor equipo. Caisse D´Epargne es el único conjunto que mantiene a los nueve hombres en carrera y hasta ahora el engranaje de los hombres del líder está funcionando a la perfección. Por todo ello, la única manera que tienen sus rivales de destronar al hasta ahora rey de la Vuelta, es mover el árbol desde lejos. Es una actitud valiente, casi suicida en el ciclismo de hoy día, pero es la baza a jugar para aquel que quiera seguir pensando en ganar la Vuelta.

Claro que ayer Valverde alejó aún más a dos de sus rivales. Kashechkin y Marchante han comenzado a pagar la tercera semana de carrera y, aunque no se hundieron, ayer perdieron más de un minuto en meta respecto a Valverde, una distancia más que considerable en esta edición en la que los segundos de bonificación son tan preciados entre los primeros puestos. Así las cosas sólo un Sastre, al que se le debería de hacer larga la tercera semana, y Vinokourov son los únicos rivales serios que el murciano conserva.

Sólo tengo un pero en la actuación de Alejandro Valverde en esta Vuelta. El de Caisse no parece dispuesto a dar un puñetazo en la mesa y mostrar claramente quien es el que manda en carrera. Ayer, no buscó la victoria de etapa en ningún momento, ya que prefirió reservar fuerzas y esperar a Samuel Sánchez y Carlos Sastre, antes de dar el relevo a Vinokourov para buscar el triunfo de etapa cazando a Igor Antón. El murciano está mostrando unos rasgos en carrera que ya enseñó el gran Miguel Induráin años atrás. Que conste que no tengo interés en comparar a ambos ciclistas, a quienes considero la noche y el día y a los que sólo unen dos rasgos: la admiración que el murciano siente hacia Miguel Induráin y la presencia de los mismos directores en el coche de equipo de ambos. Por ello, creo que Unzué y Echavarri pueden estar calmando los insaciables deseos de victoria del Alejandro Valverde de la primera época y los estén convirtiendo en una frialdad en carrera que tanto perjudica al espectador pero que tan bien viene a la hora de hacer amigos en el pelotón – algo que no está de más-.

Sin embargo, no deberían de olvidarse Unzue y Echavarri de que Induráin sí daba fuertes puñetazos sobre la mesa, aunque no fuera en montaña. El navarro “usaba” las cronos de sus grandes Tour como colchones en los que almacenar grandes distancias de tiempo hacia sus rivales, que luego administraba magistralmente en montaña. Valverde no tiene ese colchón y por ello, aun siendo superior, debería de reafirmar su victoria final con algo más que segundos de bonificación y exiguas diferencias en meta.

Por cierto, etapón de Euskaltel. Después de una temporada más que tibia, los naranja se están entonando en la Vuelta a España, en donde ya han conseguido dos buenas victorias. Samuel Sánchez se impuso en Cuenca y ayer Igor Antón hizo lo propio en Calar Alto. El vizcaíno toma así el relevo de Roberto Laiseka como escalador del equipo. Antón es un ciclista de segundo año y con tan sólo veintitrés años, por lo que puede ser uno de los futuros valores del equipo naranja, más teniendo en cuenta el rendimiento de los Mayo y Zubeldia. Es más, todo el equipo de la Vuelta está realizando una gran carrera excepto Haimar – que está desaparecido en carrera- e Ibán Mayo, que aunque se está mostrando valiente filtrándose en fugas no está al nivel que de él se esperaba.

PD: Etapón de José Antonio Redondo. Atentos a la evolución de este jovencísimo ciclista.


Ayer pasé frío, calor, llovió, la niebla hizo acto de presencia... un día de perros. Pero aún así mereció la pena desplazarse hasta este bello paraje almeriense para presenciar en directo la etapa. En el primer paso por Calar Alto me aposté al inicio del cruce en Bacares y después me desplacé hasta kilómetro y medio de la llegada para ver al último arreón del pelotón. Anteriormente subí el Velefique para ver las rampas de este puerto que, para mí, es aún más duro que Calar Alto por cualquiera de sus tres vertientes.


Fotos:
Alejandro Valverde, Alexandre Vinokourov y Carlos Sastre a dos de meta
Igor Antón encamina´ndose hacia la victoria.
Karpets, Caucchioli, Quim, Marchante y Piepoli
Grupo de Mayo. Junto a él Aketza Peña y Carlos Barredo
Los fugados en el primer paso por Calar Alto. Caucchioli, Arvesen y Landaluze
Samuel Sánchez.
Las fotos pueden usarse con el título Andrés F. Cánovas. www.ataqueenelmortirolo.blogspot.com

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