Pareja de ases

El duelo está servido, o al menos eso parece. Tanto Vinokourov como Valverde coinciden en señalarse el uno al otro como los máximos rivales en la lucha de la victoria final en la Vuelta. Nadie se quiere olvidar de Kashechkin, que puede ser un duro adversario si consigue realizar una buena crono en Cuenca, mientras que el nombre de Carlos Sastre es sin duda el que menos suena de los cuatro. Puede que la carga de días de competición que el abulense acumula en sus espaldas y la poca combatividad mostrada en montaña hasta ahora, le conviertan en menos favorito a la victoria que otros. Sin embargo, esto podría ser una ventaja para Sastre si realmente sus rivales no le prestan la suficente atención en días venideros.

Así pues, los diarios ya venden el mano a mano que tanto gusta a prensa y aficionados. En estos últimos años estos duelos han sido protagonizados por parejas como Aitor González y Roberto Heras, el propio Heras e Isidro Nozal, de nuevo Heras y Dennis Menchov, otra vez el bejarano y Santi Pérez, Óscar Sevilla y Ángel Casero, o Jan Ullrich e Igor González. Esto es lo que vende, ya que presentar un duelo da pie a postularse de un lado u otro. Si hay un corredor español de por medio los medios suelen decantarse por el de casa -algo que hasta cierto punto es lógico, aunque haya muchos redactores que no se fijen sólo en el color de la bandera a la hora de tener simpatía por cierto corredor- mientras que si la pelea es entre ciclistas de casa se trata de no favorecer en los comentarios a uno u otro.

En esta ocasión, la mayoría de prensa nacional se alineará del lado de Valverde por multitud de motivos: es español, es la gran figura del ciclismo en nuestro país y además él es el motivo por el que mucha gente puede engancharse a este deporte del mismo modo que Nadal o Alonso han atraído a un gran número de aficionados a sus respectivas disciplinas. Muchos apuntan a Valverde como el "Mesías" del ciclismo en España, y realmente no les falta razón. Si el murciano sigue con su imparable trayectoria y consigue adjudicarse una carrera de tres semanas, el ciclismo español puede verse muy beneficiado por este hecho. Patrocinadores, aficionados y prensa comenzarían a prestar más atención a un deporte al que muchos tan sólo relacionan con el dopaje y en el que la tendencia desde la retirada de Induráin ha sido la del abandono.

Sin embargo, a mí me parece injusto que haya que esperar a que Valverde gane una gran Vuelta para pensar que el Bala es un grande. Su palmarés habla por sí sólo: Lieja Bastogne Lieja, Flecha Valona, etapa en Tour de Francia, cuatro etapas en la Vuelta, doble subcampeonato mundial, etapas en París Niza, País Vasco, Romandía y generales en carreras menores como Burgos, Castilla y León o Murcia. Un palmarés que año tras año ha ido creciendo no sólo en número, sino que también en la calidad de sus victorias. Lo que ocurre es lo siempre en este país. Por mucho que las Clásicas vayan siendo poco a poco reconocidas como grandes pruebas, el gran público aún no ha entendido que una victoria en Lieja vale casi tanto - sino lo mismo- que un primer lugar en la Vuelta a España.

Valverde ya es tenido en cuenta cuando se discute quien es el mejor corredor del mundo actualmente. Vinokourov, Bettini, Basso - este se ha caído tras su implicación en la OP-, Boonen, Petacchi y el propio Alejandro son los nombres que se barajan para ser galardonados con este premio ficticio. Se da la casualidad de que ninguno de estos corredores ha vencido en el Tour de Francia, y a día de hoy aún resulta difícil explicar a mucha gente que el mejor ciclista del mundo no es el que gana el Tour.

Por cierto, Benito Urraburu apunta que los kazajos harán la guerra por su cuenta. No sé si realmente colaborarán entre ellos o no, pero lo que tengo claro es que en el equipo nadie manda más que ellos. Herminio Díaz Zabala no tiene mando sobre ellos, ya que el equipo Astaná, y el bloque kazajo en particular, ha roto con todo lo que conllevaba pertencer a Active Bay. Herminio está en carrera para Barredo, Luís León o Paulinho, pero no creo que tenga autoridad sobre los kazajos. Ya se sabe que Vinokourov pasará a ser director deportivo cuando se retire, así que será él quien se imponga sus propios dictámenes.