La etapa reina de la Vuelta no ha clarificado el panorama entre los primeros clasificados. En estos momentos, hasta cuatro corredores tienen opciones bastante sólidas de ser quienes se lleven el gato al agua en Madrid. Cuatro estrellas que confían en sus opciones de cara a la general final. A saber: Alejandro Valverde, Alexandre Vinokourov, Carlos Sastre y Andrei Kashechkin. Dos españoles y dos kazajos que lucharán por un triunfo que día a día se está poniendo más caro.
Ayer la noticia en la salida de A Fonsagrada era la visita de Daniel Akhmetov, primer ministro kazajo y, por esas cosas tan extrañas que pasan en algunos países, presidente de la federación kazaja de ciclismo. Akhmetov fue el gran impulsor del conjunto Astaná como tal. Él fue quien habló con los patrocinadores y a quien buscó Vinokourov cuando el tinglado de Sáiz se vino abajo. Me imagino lo que les dijo el primer ministro a los kazajos del equipo – igual también habló con Fofonov, que aunque corre en Credit Agricole es paisano- Akhmetov transmitiría a “Vino”, “Kash”, Bazayev y Yakovlev alguna perorata sobre el orgullo nacional y que representan a su bandera. Sea lo que fuera funcionó, ya que cuando llegó La Cobertoria, los únicos que se atrevieron a romper la disciplina de Caisse en el grupo fueron Alexandre y Andrei.
Antes se había escalado, el inédito en La Vuelta, San Lorenzo, un puerto duro pero que sólo sirvió para comprobar por enésima vez en esta Vuelta que Menchov, Mayo y Pereiro no están en su mejor momento. Un incansable David Arroyo, que también lo probó en La Covatilla y fue el guardián de lujo de Pereiro en el Tour, marchaba entonces por delante junto con Egoi Martínez e Igor Antón, la apuesta de futuro en Euskaltel – aunque personalmente pienso que la gran estrella vasca será Beñat Intxausti-. Los tres fugados sabían que su fuga no iba a ningún lugar, así que en el descenso de este puerto fueron alcanzados gracias al formidable trabajo de un confuso Carlos Barredo. El asturiano en meta respondía que era ciclista de Active Bay, de Antón y de Sáiz y que él no sabía nada más de otros temas. No creo que a los kazajos les haya gustado esa respuesta, aunque la valentía en carrera de Barredo y su actuación de ayer bien merecen una renovación. Sin embargo, como comentaba Carlos de Andrés, ofertas no faltarán al astur de cara al año próximo.
Así se llegó a los pies de La Cobertoria, con un grupo de treinta hombres en el que faltaba el austriaco Bernhard Kohl después de haberse caída bajando San Lorenzo. Esta vez ha sido Kohl el damnificado de una caída cerca de La Cobertoría. Parece que la cercanía de este puerto genera imanes en el suelo que atraen a los corredores hacia la fuerza gravitatoria. Zulle, Escartín u Olano – aquí perdió su segunda Vuelta en una caída que le hizo abandonar días después- ya saben lo que es perder la carrera en estos descensos.
La subida se inició con el ritmo de Xavier Zandio, se aceleró con David Arroyo al frente y continúo con el rápido trasiego de Karpets. Caisse D´Epargne tomaba el mando en busca del maillot dorado para Valverde, pero fue entonces cuando Kash y Vino recordaron que el jefe estaba observándoles y lanzaron un duro ataque al que nadie pudo responder. Karpets no podía con ellos, así que Di Luca se convirtió en el mejor aliado de Valverde. El italiano recuperó sensaciones realizando una magistral subida.
La distancia entre la pareja de kazajos y el grupo de Valverde, Di Luca, Marchante y Sastre oscilaba entre los quince y treinta segundos, por lo que parecía que nadie podría reducir esa diferencia al no ser que hubiera un cambio de ritmo en alguno de los dos grupos. Por delante Vinokourov se vaciaba a favor de Kashechkin, parecía que el ex de T-Mobile se estaba desgastando a favor del mejor situado en la general. Sin embargo, cuando Valverde saltó del grupo trasero en busca de los líderes, Vino abandonó a su compañero en busca de un triunfo de etapa que Valverde les hubiera birlado de haberse quedado junto a Kash.
Quince segundos entre Vinokourov y Valverde, las dos grandes atracciones de la carrera de aquí al final de la misma, que se mantuvieron hasta arriba. Etapa para Vino y jersey oro – el primero- para Valverde. El hasta entonces líder, el esloveno Brajkovic, perdió dos minutos en meta y se dejó camino de la meta sus opciones en la general. Si se recupera aún podría optar a un podio en el que también Di Luca o Marchante tienen mucho que decir.
Hoy jornada de descanso en la Vuelta con muchos interrogantes para todo el mundo. ¿Terminará de hundirse Brajkovic?, ¿Seguirán progresando Vino y Valverde? – ambos van mejor cada día que pasa- ¿soportará Sastre 70 días de competición esta temporada? ¿Dará un salto de calidad Marchante? ¿Veremos al gran Petacchi en esta segunda semana? ¿En qué estrella estará?
Ayer la noticia en la salida de A Fonsagrada era la visita de Daniel Akhmetov, primer ministro kazajo y, por esas cosas tan extrañas que pasan en algunos países, presidente de la federación kazaja de ciclismo. Akhmetov fue el gran impulsor del conjunto Astaná como tal. Él fue quien habló con los patrocinadores y a quien buscó Vinokourov cuando el tinglado de Sáiz se vino abajo. Me imagino lo que les dijo el primer ministro a los kazajos del equipo – igual también habló con Fofonov, que aunque corre en Credit Agricole es paisano- Akhmetov transmitiría a “Vino”, “Kash”, Bazayev y Yakovlev alguna perorata sobre el orgullo nacional y que representan a su bandera. Sea lo que fuera funcionó, ya que cuando llegó La Cobertoria, los únicos que se atrevieron a romper la disciplina de Caisse en el grupo fueron Alexandre y Andrei.
Antes se había escalado, el inédito en La Vuelta, San Lorenzo, un puerto duro pero que sólo sirvió para comprobar por enésima vez en esta Vuelta que Menchov, Mayo y Pereiro no están en su mejor momento. Un incansable David Arroyo, que también lo probó en La Covatilla y fue el guardián de lujo de Pereiro en el Tour, marchaba entonces por delante junto con Egoi Martínez e Igor Antón, la apuesta de futuro en Euskaltel – aunque personalmente pienso que la gran estrella vasca será Beñat Intxausti-. Los tres fugados sabían que su fuga no iba a ningún lugar, así que en el descenso de este puerto fueron alcanzados gracias al formidable trabajo de un confuso Carlos Barredo. El asturiano en meta respondía que era ciclista de Active Bay, de Antón y de Sáiz y que él no sabía nada más de otros temas. No creo que a los kazajos les haya gustado esa respuesta, aunque la valentía en carrera de Barredo y su actuación de ayer bien merecen una renovación. Sin embargo, como comentaba Carlos de Andrés, ofertas no faltarán al astur de cara al año próximo.
Así se llegó a los pies de La Cobertoria, con un grupo de treinta hombres en el que faltaba el austriaco Bernhard Kohl después de haberse caída bajando San Lorenzo. Esta vez ha sido Kohl el damnificado de una caída cerca de La Cobertoría. Parece que la cercanía de este puerto genera imanes en el suelo que atraen a los corredores hacia la fuerza gravitatoria. Zulle, Escartín u Olano – aquí perdió su segunda Vuelta en una caída que le hizo abandonar días después- ya saben lo que es perder la carrera en estos descensos.
La subida se inició con el ritmo de Xavier Zandio, se aceleró con David Arroyo al frente y continúo con el rápido trasiego de Karpets. Caisse D´Epargne tomaba el mando en busca del maillot dorado para Valverde, pero fue entonces cuando Kash y Vino recordaron que el jefe estaba observándoles y lanzaron un duro ataque al que nadie pudo responder. Karpets no podía con ellos, así que Di Luca se convirtió en el mejor aliado de Valverde. El italiano recuperó sensaciones realizando una magistral subida.
La distancia entre la pareja de kazajos y el grupo de Valverde, Di Luca, Marchante y Sastre oscilaba entre los quince y treinta segundos, por lo que parecía que nadie podría reducir esa diferencia al no ser que hubiera un cambio de ritmo en alguno de los dos grupos. Por delante Vinokourov se vaciaba a favor de Kashechkin, parecía que el ex de T-Mobile se estaba desgastando a favor del mejor situado en la general. Sin embargo, cuando Valverde saltó del grupo trasero en busca de los líderes, Vino abandonó a su compañero en busca de un triunfo de etapa que Valverde les hubiera birlado de haberse quedado junto a Kash.
Quince segundos entre Vinokourov y Valverde, las dos grandes atracciones de la carrera de aquí al final de la misma, que se mantuvieron hasta arriba. Etapa para Vino y jersey oro – el primero- para Valverde. El hasta entonces líder, el esloveno Brajkovic, perdió dos minutos en meta y se dejó camino de la meta sus opciones en la general. Si se recupera aún podría optar a un podio en el que también Di Luca o Marchante tienen mucho que decir.
Hoy jornada de descanso en la Vuelta con muchos interrogantes para todo el mundo. ¿Terminará de hundirse Brajkovic?, ¿Seguirán progresando Vino y Valverde? – ambos van mejor cada día que pasa- ¿soportará Sastre 70 días de competición esta temporada? ¿Dará un salto de calidad Marchante? ¿Veremos al gran Petacchi en esta segunda semana? ¿En qué estrella estará?
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