¿En el buen camino?

Que Alejandro Valverde sea actualidad no es noticia, que vuelva a alzar los brazos año y medio después, si. Durante todo este tiempo las victorias del murciano habían llegado gracias a clasificaciones generales y a triunfos contra el crono. Desde la etapa del Morredero en la Vuelta a España 2006, el ciclista de Caisse D´Epárgne no había vuelto a ganar una en una jornada en línea. La racha se ha roto en Francia, en casa del principal patrocinador. Valverde ha ganado la París Camembert una prueba que suena a queso, y que de hecho patrocina una empresa quesera, y en la que nunca había vencido un corredor español. No es que sea una prueba de primer nivel pero tampoco regalaban el triunfo. Si fuera tan fácil ganar, ¿por qué ha tardado tanto en llegar esta victoria?

Lo cierto es que tras su primer puesto en París Camembert han vuelto a dispararse las opiniones en torno al calendario del de Las Lumbreras en este 2008. A Alejandro le hizo mucho daño la famosa crono del Tour de Francia en Albí. La imagen de Michael Rasmussen doblando al murciano hizo mucho daño, tanto que él mismo y el equipo decidieron cambiar la planificación para la siguiente campaña. De un plumazo volaban Valencia o País Vasco y peligraban las Clásicas de las Árdenas. Todo por llegar al Tour de Francia en plenitud de condiciones, algo en lo que se falló en 2007. De sobra es conocida la facilidad de Valverde para coger un buen punto de forma, por eso no sorprende que, a pesar de no cargarse con muchos días en febrero, el murciano venciera en la Vuelta a Murcia aún cuando en la carrera competían ciclistas del nivel de Contador o Garzelli y dos jornadas bastante duras.

Sin embargo, el principal cambio llegó en País Vasco. Por primera vez desde que es profesional, Valverde no participaba en la Itzulia, la carrera por etapas más importante de esta fase del año. Se ponía en duda que pudiera llegar en forma para las Árdenas, pruebas en las que ya ha brillado en los dos últimos años - victorias en Lieja y Flecha Valona -Es más, en declaraciones realizadas durante los últimos meses, el propio corredor se autodescartaba para estas carreras. Ahora bien, después de ver su segundo puesto en Amorebieta y su victoria en Camembert, todos los favoritos saben que el de Caisse D´Epárgne será uno de los adversarios a batir. Queda fuera de toda duda que las dos pruebas mencionadas son de un nivel muy inferior al de País Vasco, carrera en la que han brillado los Evans, Cúnego, Kirchen o Thomas Dekker, a los que todos señalan como grandes favoritos en las clásicas venideras junto a Schleck, Rebellin, Riccó o Schumacher. Sin embargo, nadie, absolutamente nadie, va a dar un centímetro de más al murciano, porque ya saben lo que puede pasar si le llevan en carroza hasta meta. A mí me surge una gran duda, ¿ha preparado Valverde las Clásicas a espaldas de los demás con el beneplácito de sus directores?, o por el contrario, ¿se ha encontrado con el golpe de pedal casi sin quererlo?

Para contestar habrá que esperar, al menos, a la Amstel Gold Race. En la subida al Cauberg se constatará si Valverde ha preparado las Clásicas o no. Hasta que no veamos en directo cómo se desenvuelve en pruebas de más de 250 kilómetros, resultará complicado saber si realmente llega en forma. De todos modos, yo no dudo que el de Caisse D´Epárgne lo va a probar en esta semana de clásicas. Se esperaba que su gran momento de la temporada llegara a partir del Tour y que a partir de ahí encadenara Juegos Olímpicos, un descanso y Mundial. Sin embargo, Amstel Gold Race, Flecha Valona y Lieja Bastogne Lieja son pruebas que pueden justificar una temporada por sí mismas, por mucho que aún haya quien crea que el Tour es la única tabla de salvación del año.

Si me preguntan qué opino del cambio de planificación en su calendario, responderé que me parece bien... pero que sólo para un año. Valverde se estrelló en el Tour el pasado año y, tanto él como su equipo, están empeñados en destacar en la ronda francesa. El corredor ha crecido amando el Tour y para él el sueño es vencer un día esa carrera. Está convencido de que puede rendir mucho mejor de lo que ha mostrado en años anteriores y, por ello, se ha centrado un poco más en la Grande Bouclé que en el resto de citas del calendario, sin olvidar que los Juegos son un objetivo que tiene marcado desde hace muchísimo tiempo. Ahora bien, si la jugada le sale mal, volvería sin duda a la planificación de pasadas temporadas, aunque con algunos retoques. Me olvidaría de vueltas pequeñas y retomaría la idea de 2006, participando y compitiendo en carreras del nivel de País Vasco, Romandía, Dauphiné, Clásicas de las Árdenas... carreras en las que Valverde ya ha mostrado que puede ganar frente al resto de favoritos y que componen uno de los mejores calendarios posibles.