La París - Niza es una carrera bonita por naturaleza. Muchos de los grandes del pelotón marcan cada temporada esta cita como la primera parada importante en su calendario. No es sólo un lugar en donde comprobar el estado de forma de cara a futuros compromisos, también es un valioso trofeo que a final de temporada adornará con guirnaldas de oro el palmarés del vencedor. Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Sean Kelly, Miguel Induráin, Laurent Jalabert o Alberto Contador son algunos de los ciclistas que saben lo que es ser el mejor en la carrera francesa.
Esta temporada la prueba ha estado marcada por la polémica lucha entre UCI y ASO. Los federativos trataban por todos los medios que la competición no contara con los equipos profesionales, ya que esta París - Niza no está inscrita en el calendario UCI. Sin embargo, corredores y equipos han optado por tomar la salida, en un pulso que ha dejado a Aigle con aún menos peso en el ciclismo mundial del que ya tenía. La UCI no controla el devenir de este deporte y eso ha supuesto la última estocada al invento ProTour.
Hablando de ciclismo, que es lo más bonito y lo que nunca deberíamos abandonar, los dos días de París - Niza ya transcurridos han deparado un bonito espectáculo, tanto que deberíamos odiar aún más a la UCI por tratar de quitarnos lo que de verdad nos gusta. El prólogo no estuvo exento de emoción. La lluvia hizo acto de aparición en la mal llamada "Carrera del Sol" y a punto estuvo de desequilibrar el resultado en favor del vasco Markel Irízar, un corredor que en aficionados ya destacaba por sus prestaciones contra el crono pero al que en profesionales le ha costado mostrar su calidad. El de Euskaltel - Euskadi ha ido creciendo año tras año como ciclista y en este 2008 parece preparado para afrontar retos más importantes. Cerca, cerca estuvo de dar la sorpresa pero cuando ya saboreaba la victoria, llegó a meta Thor Hushovd, el noruego venido del frío, mostrando su buen momento de forma. Tercero en Het Volk y en clara progresión ascendente en esta parte de temporada, el líder de Crédit rompió todos los tiempos en meta y se hizo con el primer amarillo en carrera. Hushovd no completó un buen 2007, marcado por una lesión de principio de temporada que le hizo no llegar en condiciones a la temporada de clásicas. En cambio, este año podría ser uno de los mejores en la carrera del noruego.
Pero si bonito fue el prólogo, no menos la primera etapa. Quizá los ciclistas no piensen lo mismo, ya que tuvieron que afrontar una de esas jornadas con viento, frío y agua. Tanto, que la organización acortó la etapa dejándola en tan sólo 90 kilómetros... los suficientes para provocar la primera selección en carrera. Sólo un grupo de 40 corredores aguantó al frente de la prueba. Por detrás, grupos y grupos que se cortaban por el aire, la estrechez de las carreteras y el fuerte ritmo que Quick Step marcaba en cabeza del grupo cabecero. Haimar Zubeldia, que llegaba con intenciones a la salida, y Cadel Evans fueron los dos grandes perjudicados. En meta se dejaban más de dos minutos y medio y gran parte de sus aspiraciones de luchar por la general. Al australiano le queda trabajar para Popovych, a Zubeldia buscar la hazaña atacando, algo que no deberíamos descartar a pesar de que hablamos de uno de los corredores más conservadores del pelotón. Junto a Popovych, los analistas añaden a Franck Schleck para nombrar los dos grandes favoritos al triunfo. Los españoles aún contamos con las bazas de Juanma Gárate y de Luis León Sánchez, un corredor al que se le da muy bien esta prueba. El escalador Robert Gesink, Rinaldo Nocentini i incluso valientes como Sylvain Chavanel también darán que hablar en lo que resta de carrera. Otros, como Trofimov, Florencio, Fedrigo o Tankink, vieron de cerca el suelo de la París - Niza. La victoria en la etapa fue para Gert Steegmans, al que nadie pudo seguir en el repecho final. El belga sigue demostrando que es más que una alternativa a Tom Boonen.
Esta temporada la prueba ha estado marcada por la polémica lucha entre UCI y ASO. Los federativos trataban por todos los medios que la competición no contara con los equipos profesionales, ya que esta París - Niza no está inscrita en el calendario UCI. Sin embargo, corredores y equipos han optado por tomar la salida, en un pulso que ha dejado a Aigle con aún menos peso en el ciclismo mundial del que ya tenía. La UCI no controla el devenir de este deporte y eso ha supuesto la última estocada al invento ProTour.
Hablando de ciclismo, que es lo más bonito y lo que nunca deberíamos abandonar, los dos días de París - Niza ya transcurridos han deparado un bonito espectáculo, tanto que deberíamos odiar aún más a la UCI por tratar de quitarnos lo que de verdad nos gusta. El prólogo no estuvo exento de emoción. La lluvia hizo acto de aparición en la mal llamada "Carrera del Sol" y a punto estuvo de desequilibrar el resultado en favor del vasco Markel Irízar, un corredor que en aficionados ya destacaba por sus prestaciones contra el crono pero al que en profesionales le ha costado mostrar su calidad. El de Euskaltel - Euskadi ha ido creciendo año tras año como ciclista y en este 2008 parece preparado para afrontar retos más importantes. Cerca, cerca estuvo de dar la sorpresa pero cuando ya saboreaba la victoria, llegó a meta Thor Hushovd, el noruego venido del frío, mostrando su buen momento de forma. Tercero en Het Volk y en clara progresión ascendente en esta parte de temporada, el líder de Crédit rompió todos los tiempos en meta y se hizo con el primer amarillo en carrera. Hushovd no completó un buen 2007, marcado por una lesión de principio de temporada que le hizo no llegar en condiciones a la temporada de clásicas. En cambio, este año podría ser uno de los mejores en la carrera del noruego.
Pero si bonito fue el prólogo, no menos la primera etapa. Quizá los ciclistas no piensen lo mismo, ya que tuvieron que afrontar una de esas jornadas con viento, frío y agua. Tanto, que la organización acortó la etapa dejándola en tan sólo 90 kilómetros... los suficientes para provocar la primera selección en carrera. Sólo un grupo de 40 corredores aguantó al frente de la prueba. Por detrás, grupos y grupos que se cortaban por el aire, la estrechez de las carreteras y el fuerte ritmo que Quick Step marcaba en cabeza del grupo cabecero. Haimar Zubeldia, que llegaba con intenciones a la salida, y Cadel Evans fueron los dos grandes perjudicados. En meta se dejaban más de dos minutos y medio y gran parte de sus aspiraciones de luchar por la general. Al australiano le queda trabajar para Popovych, a Zubeldia buscar la hazaña atacando, algo que no deberíamos descartar a pesar de que hablamos de uno de los corredores más conservadores del pelotón. Junto a Popovych, los analistas añaden a Franck Schleck para nombrar los dos grandes favoritos al triunfo. Los españoles aún contamos con las bazas de Juanma Gárate y de Luis León Sánchez, un corredor al que se le da muy bien esta prueba. El escalador Robert Gesink, Rinaldo Nocentini i incluso valientes como Sylvain Chavanel también darán que hablar en lo que resta de carrera. Otros, como Trofimov, Florencio, Fedrigo o Tankink, vieron de cerca el suelo de la París - Niza. La victoria en la etapa fue para Gert Steegmans, al que nadie pudo seguir en el repecho final. El belga sigue demostrando que es más que una alternativa a Tom Boonen.
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