Comenzamos el año ciclista pero nada cambia. Una de las últimas entradas en este blog trataba sobre la creciente marcha de ciclistas españoles a Portugal y arranco esta nueva campaña con el foco puesto de nuevo en la fuga de buenos corredores al ciclismo luso. La sangría que está sufriendo nuestro pelotón no debería de pasarse por alto, ya que es algo que más pronto que tarde pasará factura a los conjuntos profesionales españoles.
A nadie se le escapa que la Operación Puerto es el único motivo por el que corredores como Francisco Mancebo, Tino Zaballa o Ángel Vicioso han puesto rumbo a un ciclismo en auge pero en el que sigue siendo imposible participar en las mejores pruebas del mundo, hábitat natural de estos ciclistas. Desde que estallara el affaire Puerto la UCI ha tratado por todos los medios de apartar a los corredores implicados pero la justicia, tanto deportiva como la ordinaria, ha dado la espalda a una organización que, de todos modos, se las ha apañado para ventilarse a todos los Puerto.
Y qué quieren que les diga... ninguno de entre los que seguimos este deporte nos hemos caído del árbol. El dopaje existe en el ciclismo. Los controles deben intensificarse y el pasaporte biológico podría ser una buena medida, siempre y cuando no se vulnere el derecho mínimo a la intimidad que muchos pasan por alto. Sin embargo, lo que no se puede hacer es "sancionar" a unos corredores que no han dado positivo en ningún control, que no han confesado doparse y a los que ningún juez ha podido relacionar con gurú alguno. Muchos de estos corredores hubieran preferido cumplir dos añitos de sanción... que a fin de cuentas podrían volver a competir con normalidad a partir de mayo de este año.
No se engañen. La marcha de estos corredores a Portugal no sólo hace daño a ellos mismos, sino que hiere a un pelotón español en franca decadencia. Karpin Galicia, Andalucía Cajasur, Extremadura Spiuk y Grupo Nicolás Mateos, los cuatro conjuntos profesionales - continentales españoles, presentan un nivel deportivo preocupante, más cuando corredores del nivel de los exiliados podrían reforzar estos conjuntos dándoles un salto cualitativo importante. Está claro que a los directores de estos equipos no les importaría contar con estos corredores pero si los fichan pueden ver en peligro sus opciones de estar en la Vuelta Ciclista a España. La situación actual comienza a ser casi inamovible y ello hace peligrar la calidad de nuestro pelotón:
La UCI no quiere a los corredores que aparecen en las listas de la OP y hace todo lo posible para que los conjuntos ProTour no puedan contar con ellos. El nivel de estos corredores es el propio de los mejores profesionales, por lo que su sueldo sólo puede hacerse frente con grandes presupuestos, los de los equipos ProTour. Los conjuntos profesionales ofrecen sumas mucho más bajas de lo que merecen por caché estos corredores pero es que, además, los organizadores amenazan con no contar con los equipos que contraten a estos corredores. Así las cosas la única salida es Portugal. Un ciclismo casi independiente del resto del mundo y en el que no les importa contar con varios de los mejores corredores de nuestro país. Los sueldos son bajos pero, aún así, muchas veces superiores a lo que ofrecen los profesionales españoles.
Esta compleja madeja ha llevado a Portugal a Francisco Mancebo y Eladio Jiménez (Fercase), David Bernabéu (Barbot), Koldo Gil e Isidro Nozal (Liberty), Rubén Plaza (Benfica) y Ángel Vicioso, Tino Zaballa y Pedro Romero (LA). A ellos hay que sumar ciclistas del nivel de Xavi Tondo (LA), David Blanco y Juan Gomis (Palmeiras) Héctor Guerra y Pablo Urtasun (Liberty) o Javier Benítez (Benfica). Con estos quince corredores se conformaría un equipo mucho más potente que cualquier conjunto profesional - continental español y se estaría al nivel de algún que otro ProTour.
A nadie se le escapa que la Operación Puerto es el único motivo por el que corredores como Francisco Mancebo, Tino Zaballa o Ángel Vicioso han puesto rumbo a un ciclismo en auge pero en el que sigue siendo imposible participar en las mejores pruebas del mundo, hábitat natural de estos ciclistas. Desde que estallara el affaire Puerto la UCI ha tratado por todos los medios de apartar a los corredores implicados pero la justicia, tanto deportiva como la ordinaria, ha dado la espalda a una organización que, de todos modos, se las ha apañado para ventilarse a todos los Puerto.
Y qué quieren que les diga... ninguno de entre los que seguimos este deporte nos hemos caído del árbol. El dopaje existe en el ciclismo. Los controles deben intensificarse y el pasaporte biológico podría ser una buena medida, siempre y cuando no se vulnere el derecho mínimo a la intimidad que muchos pasan por alto. Sin embargo, lo que no se puede hacer es "sancionar" a unos corredores que no han dado positivo en ningún control, que no han confesado doparse y a los que ningún juez ha podido relacionar con gurú alguno. Muchos de estos corredores hubieran preferido cumplir dos añitos de sanción... que a fin de cuentas podrían volver a competir con normalidad a partir de mayo de este año.
No se engañen. La marcha de estos corredores a Portugal no sólo hace daño a ellos mismos, sino que hiere a un pelotón español en franca decadencia. Karpin Galicia, Andalucía Cajasur, Extremadura Spiuk y Grupo Nicolás Mateos, los cuatro conjuntos profesionales - continentales españoles, presentan un nivel deportivo preocupante, más cuando corredores del nivel de los exiliados podrían reforzar estos conjuntos dándoles un salto cualitativo importante. Está claro que a los directores de estos equipos no les importaría contar con estos corredores pero si los fichan pueden ver en peligro sus opciones de estar en la Vuelta Ciclista a España. La situación actual comienza a ser casi inamovible y ello hace peligrar la calidad de nuestro pelotón:
La UCI no quiere a los corredores que aparecen en las listas de la OP y hace todo lo posible para que los conjuntos ProTour no puedan contar con ellos. El nivel de estos corredores es el propio de los mejores profesionales, por lo que su sueldo sólo puede hacerse frente con grandes presupuestos, los de los equipos ProTour. Los conjuntos profesionales ofrecen sumas mucho más bajas de lo que merecen por caché estos corredores pero es que, además, los organizadores amenazan con no contar con los equipos que contraten a estos corredores. Así las cosas la única salida es Portugal. Un ciclismo casi independiente del resto del mundo y en el que no les importa contar con varios de los mejores corredores de nuestro país. Los sueldos son bajos pero, aún así, muchas veces superiores a lo que ofrecen los profesionales españoles.
Esta compleja madeja ha llevado a Portugal a Francisco Mancebo y Eladio Jiménez (Fercase), David Bernabéu (Barbot), Koldo Gil e Isidro Nozal (Liberty), Rubén Plaza (Benfica) y Ángel Vicioso, Tino Zaballa y Pedro Romero (LA). A ellos hay que sumar ciclistas del nivel de Xavi Tondo (LA), David Blanco y Juan Gomis (Palmeiras) Héctor Guerra y Pablo Urtasun (Liberty) o Javier Benítez (Benfica). Con estos quince corredores se conformaría un equipo mucho más potente que cualquier conjunto profesional - continental español y se estaría al nivel de algún que otro ProTour.
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