miércoles, diciembre 13, 2006

Una Vuelta bastante "light"

El recorrido de la Vuelta 2007 se ha presentado esta mañana en Madrid y falso sería decir que ha habido grandes sorpresas. Llevamos un par de semanas en las que todos los ayuntamientos que habían arrendado inicio o final de etapa en la ronda española lo han ido pregonado a los cuatro vientos. Talavera, Reinosa, Torre de Pacheco, Pirineos, Lagos, el consabido inicio en Galicia... no creo que nadie se haya rasgado las vestiduras al conocer oficialmente el recorrido... al no ser que algún escalador puro se encontrara entre los presentes.

Y es que la Vuelta vuelve a obsequiarnos con un recorrido bastante descafeínado. Quien sabe si movidos por la humanización del ciclismo que ahora tanto pregona Eufemiano o, de nuevo, intentando atraer al máximo de figuras en septiembre con unas etapas no demasiado duras. La carrera volverá a ser el lugar ideal en donde decenas de corredores preparen su cita mundialista - esta vez será en Stuttgart, Alemania- La parte positiva es que podremos volver a contar con corredores como Bettini, Zabel, Paolini, Millar y muchos más por nuestras carreteras... lo malo es que, menos el ejemplo de profesionalidad que supone ErikZabel, ninguno acabara la carrera y si dedica alguna jornada al espectáculo será con el mero proposito de preparar futuros objetivos.

La carrera partirá de tierras gallegas. Después de no pisar territorio celta durante una década, el Gobierno Gallego ha apostado fuertemente por este deporte. En este 2006 ya arrivó una etapa a la ciudad norteña de Lugo y en esta edición recién presentada serán tres las jornadas en las que la carrerra pise tierras de Breogán. Inicio en Vigo con una etapa en línea que rompe la línea de años anteriores, en los que prólogos y cronos por equipos daban banderazo de salida a la prueba. Posteriormente, Allariz, Santiago de Compostela y Viveiro también serán principio o fin de etapa en la Vuelta.

La montaña llega pronto, justamente en la cuarta etapa, y lo hace con los Lagos de la Covadonga, el que parece plato fuerte de esta edición pero que, para mi gusto, está demasiado pronto como considerarse etapa decisiva. Al siguiente día jornada de media montaña con la llegada a Reinosa. Etapa con tres segundas y el Puerto de la Palombera de primera a 18 de meta.

El primer fin de semana llega la primera crono de la carrera. 49 kilómetros por los alrededores de Zaragoza en los que el viento puede decidir si las diferencias son más o menos importantes. Y los dos días siguientes Pirineos... o la montaña sin espectadores, lo que equivale a menor espectáculo y una imagen que poco favorece a la carrera. Los organizadores sabrán lo que hacen.

Cerler y Ordino son dos llegadas típicas en la carrera en los últimos años, pero que, sinceramente, no son ni mucho menos de las mejores de los Pirineos. Cerler es una llegada bastante tendida y en la que los espectadores se pueden contar con los dedos de una mano. En Ordino la dureza es mayor y, además, esa jornada hay un primera y dos segundas antes de llegar a meta así que, si los corredores se animan, puede ser la etapa reina de la carrera.

Después llega la primera jornada de descanso y cuatro etapas de transición que difícilmente se escaparán a los aventureros. El bloque finaliza con el final en Granada en el que se volverá a ascender el Monachil, de tan mal recuerdo para Valverde.

La parte final de la carrera tiene la espectacular llegada a Ávila, la etapa de Abantos - con cinco puertos y dos ascensiones a esa subida- y la crono final, que esta vez será en Villalba. Tan sólo 25 kilómetros que sólo pueden llegar a ser decisivos de haber una minúscula diferencia entre los primeros clasificados.

En resumen una carrera a la que le falta chispa para considerarse una gran edición de una gran vuelta por etapas. Ninguna jornada termina de ser decisiva por lo que es más que probable que las diferencias vuelvan a ser mínimas y que las bonificaciones cobren otra vez bastante importancia.

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