domingo, mayo 21, 2006

Imperial Basso


El frío hizo presencia en el Giro de Italia. Era lógico, pues se llegaba a las frías tierras de los Alpes. La lluvia tampoco quiso perderse su cita con la carrera, e hizo que los corredores tuvieran otro enemigo más que sumar al gran kilometraje de la etapa, al duro Colle di San Carlo y al virado descenso hasta meta.

En estas condiciones se llegó al pie del Colle di San Carlo, un puerto que nos iba a ofrecer mucho más de lo que podríamos esperar. Carlos Sastre volvió a imprimir un duro ritmo para su jefe de filas y antes de que Basso decidiera atacar ya se habían descolgado rivales como Di Luca y Savoldelli y Cunego comenzaba a sufrir. Dudo que el italiano de CSC pensara que sus supuestos adversarios en la corsa rosa le iban a poner tan en bandeja la carrera. Hoy, aunque parezca increíble, el único ataque que ha tenido que sofocar CSC en la subida es el de José Rujano, quien tras ser cazado ha optado por el abandono. El venezolano le comentó a su director que tenía mucho frío y no podía moverse, por lo que optó por bajarse de la bici a tres kilómetros para coronar el puerto. Sin duda, Gianni Savio no debe estar muy convencido con las explicaciones de su corredor, ya que, tras el Giro de Italia, Rujano tiene firmado un contrato con Quick Step para correr el Tour con los belgas. Puede que Leféfeve, el mánager de Quick Step, haya malmetido para ocasionar esta situación. Lo que sabemos con total seguridad es que la carrera pierde a uno de sus máximos animadores.

Una vez que el grupo de favoritos estaba de nuevo compacto, Basso decidió arrancar y tan sólo Leonardo Piepoli, hoy despreocupado por su jefe de filas en Saunier Duval, Gilberto Simoni, pudo seguirle. Hasta que se coronó el San Carlo, Basso hizo todo el trabajo por delante, mientras por detrás los más cercanos al duo de cabeza eran Gilberto Simoni, el mejor entre el resto de favoritos, y un sensacional Quique Gutiérrez, que metió más tiempo a sus rivales en la lucha por el podio.

Una vez arriba del puerto, Basso - que no es precisamente Savoldelli bajando-, decidió no arriesgar lo más mínimo, por lo que dejó marchar a Piepoli. El de Saunier Duval se presentó solo en la meta de La Thuile, logrando así su primera victoria en el Giro de Italia, con 35 años y después de muchas decepciones en esta carrera. Leonardo juró y perjuró que no volvería al Giro nunca más, que a él no le iban las carreras de tres semanas. En cambio, Matxín consiguió convencerlo para que corriera esta carrera mientras que fuera corredor de Saunier Duval y con esta victoria el italiano, nacido en suiza muy cerquita de la meta de ayer, conseguía su victoria más deseada.

Por detrás Basso llegaba a más de cuarenta segundos, después de un descenso cuadrado. A Iván no le preocupaba Piepoli, ya que sus rivales en la lucha por la general venían todos por detrás. Un gran Quique Gutiérrez entraba tercero en meta junto a Gilberto a Simoni, a poco más de medio minuto de Basso. De este modo el hombre de Juan Fernández no sólo mantenía su segundo puesto en la general, sino que ampliaba la distancia con respecto a rivales como Cunego, Savoldelli o Di Luca.

Cunego, una de las grandes decepciones del día, llegaba a meta a más de dos minutos de la cabeza de carrera, acompañado de Paolo Savoldelli. Puede que el de Lampre esté diciendo adios a una general del Giro que siempre ha tenido de vuelta desde que comenzó la prueba en Bélgica.
Fotos: Graham Watson
1 - Basso en San Carlo
2- Piepoli ganador de etapa
3- Quique Gutiérrez

2 comentarios:

juanjo dijo...

buen artículo de nuevo,ayer tuve el gusto de ver un poco de carrera en la 2,porque madre mía estaba mas mal la conexion..Gran victoriade Piepoli,que si hubiera acabado este seria un gran ciclista,me gusta muxo y muy grande Quique Gutierrez,que está consiguiendo algo verdaderamente muy grande,por cierto me da pena que haya tan poca gente que se interese por el ciclismo en este país,pero pienso que es por la falta de algún español que esté en la élite como pudo ser Indurain o Bahamontes

Andrés F. Cánovas dijo...

Pues sí, somos un país de ídolos. No ha gustado la Fórmula 1 hasta que llegó Alonso. Habría que preguntarle a los súper aficionados de ahora para ver cuantos conocen a Gerhard Berger o Damon Hill, por decir dos grandes pilotos de no hace mucho tiempo.

La verdad es que un gran ídolo engancharía a más gente, pero esto debe empezar desde los propios periodistas. Para algunos Milán San Remo, París Roubaix o Lieja no vale más que una etapa en Vuelta a Burgos, con todo el respeto para la carrera castellana. Aquí todo lo que no sea Tour está infravalorado.

Un saludo