Una prueba distinta, capaz de levantarnos de la cama a las cinco de la mañana. Estamos acostumbrados a seguir deportes de madrugada pero no ciclismo. Una disciplina de raíces europeas, donde las grandes citas se celebran con muy poca diferencia respecto al horario marcado por Greenwich. Sólo recuerdo haber pasado una noche en vela para presenciar ciclismo en directo. Fue hace ocho años, en los Juegos Olímpicos de Sidney. Aquel circuito no fue demasiado duro pero aún así disfrutamos de un bonito espectáculo con la batalla a tres bandas entre Estados Unidos - Italia y T - Mobile. El equipo se impuso a las selecciones y los hombres de rosa coparon el podio con Ullrich, Vinokourov y Kloden en plan estelar. Ni la dupla Bettini - Bartoli, ni el trabajo de Armstrong en favor de Hincapié pudieron impedir que los corredores de la formación germana se repartieran los metales en aquellos juegos. Para Kazakistán era todo un logro la plata y Alemania conseguía un doblete que colmaba todas sus aspiraciones. Aún así, la resolución nos dejó un poco cariacontecidos. Esperábamos más lucha y que, por lo menos, el desenlace no fuera el pactado por una marca comercial.
Parece complicado que en esta ocasión se repita la historia. Sólo CSC - Saxo Bank cuenta con hombres suficientes - hasta 16 - para imponer la táctica de equipo en una prueba de selecciones. Lo cierto es que más que la cantidad, lo que destaca de los hombres del equipo danés es su calidad. Los hermanos Schleck, Carlos Sastre, Cancellara, Voigt, Arvesen, Gustov, O´Grady y Nicki Sorensen. Exacto. No se estrujen el cerebro. Es el mismo nueve que dinamitó hace un par de semanas las etapas de montaña en el Tour de Francia. Además, a ellos hay que sumar a Kolobnev, pletórico como demuestra su reciente actuación en San Sebastián, Gustav Larsson, Chris Sorensen, que también llega en un gran momento de forma, Jason Mccartney, Karsten Kroon, Marcus Ljungqvist y Juan José Haedo. Ahí es nada. ¿Se imaginan a estos 16 corredores trabajando en equipo? Parece difícil que se les escapara el oro. Sin embargo, por el bien del ciclismo, espero que cada uno se limite a defender la bandera de su país y que, por un día, olvide cuál es la marca comercial que le paga.
Me parece imposible que Carlos Sastre devolviera el favor a los hermanos Schleck echándoles una mano en la cita olímpica. Y me parece imposible por dos razones: la primera, y más importante, porque si de algo anda sobrado Sastre es de dignidad como deportista. En infinidad de ocasiones se ha quejado de la falta de ética de alguno de sus compañeros en carrera, por lo que resultaría contradictorio que ahora tuviera comportamientos de ese tipo. La segunda razón es el tremendo castigo mediático que caería sobre él. Me parece importante repetir mi opinión a este respecto. Confío plenamente en Sastre. Estoy seguro de que de trabajar lo hará únicamente en favor de la selección. Sin embargo, debido a los antecedentes ya recordados y a la excelente labor que sus compañeros le brindaron en el Tour, es un caso que merece la pena ser planteado. Del mismo modo que he nombrado a Sastre podría mentar a Voigt. Un titán que puede resultar clave en las primeras ascensiones al duro repecho olímpico.
Quizá peque de bueno o resulte ingenuo confiando en la profesionalidad de estos deportistas pero confío al cien por cien en que el sábado presenciaremos una carrera 'limpia', en la que cada uno apostará por sus colores. Sin embargo, en una prueba en la que las selecciones importantes sólo cuentan con cinco corredores siempre es sencillo encontrar actitudes de este tipo. Es algo habitual incluso en Mundiales, donde los equipos cuentan con nueve componentes. Yo he visto en directo a corredores argentinos y bielorrusos vaciándose en favor de la azzurra. Espero que en Pekín todos apuesten a su país.
2 comentarios:
Ya lo ha comentado Izo en el foro y sí parece claro que algunos chanchullos tendrá que haber. Desde luego, esto no es nuevo porque ni siquiera es algo que se haya originado con el cambio de siglo. En los '80, los PDM trataban ya de copar los Mundiales, y no digamos ya en la supuesta "edad de oro"... en principio, deberían ser los "isolés" sin nadie en el equipo quienes deberían acometer estas operaciones, incluyendo, claro está, a Fabian Cancellara. Y ojo como le dé a Contador por ir por delante... su compi Iglinski corre solo y la Rusia de Ivanov es errática. Ojo al parche.
Hablando de olímpicos: en la Gaceta de Basilea hoy parece ser que Pascal Richard confiesa haberse dopado. Siguiente por favor...
Un abrazo Andrés.
Bueno todos sabemos quien llevaba a Richard, el mismo que a todo el podio olímpico de esa edición.
Espero que las estrategias se queden en el cajón y que cada uno funcione con lo tenga, aunque, sinceramente, lo dudo mucho.
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