Jesús Manzano vuelve a ser noticia. Marca y AS se han hecho eco de unas declaraciones de este personaje al diario L´Equipe. El madrileño regresa a la corte mediática poco antes de que dé comienzo el Tour de Francia. Pocos piensan a estas alturas que la reaparición de Manzano obedece a las leyes de la casualidad. Ya lo he repetido en diferentes posts. En esto de la Operación Puerto nada es casual. Es más, todos los movimientos de ajedrez son estudiados al detalle. El problema es que en esta partida hay más de dos bandos. No sólo hay piezas blancas o negras. Hay amarillas, rojas, azules, verdes, naranjas y hasta amarillas. Cada uno tira para su lado, tensando la cuerda aún más, lo que terminará ocasionando que tarde o temprano se vuelva a romper.
Lo peor es que esto es lo que buscan muchos. Volver a romper la cuerda. Desde Francia el aparato mediático está empeñado en impedir la presencia de Valverde en su Tour de Francia. La ofensiva lanzada hace dos semanas, en la que pedían un movimiento al murciano, parece que no tuvo todo el éxito esperado, así que ahora recurren al segundo plan. Para ello nada mejor que abrir las cloacas y vertir sobre el ya denostado ciclismo las agrias palabras del despechado Jesús Manzano, aquel corredor despedido de Kelme por sus alardes de grandeza en un hotel madrileño. Es cierto, Manzano fue un títere en manos de Eufemiano. A saber qué le dieron en aquella etapa del Tour en que casi la palma. Sin embargo, desde su expulsión de Kelme todos sus movimientos han obedecido a las leyes de la venganza, que él mismo estableció desde el mismo momento en que los euros frescos comenzaron a sonar a su puerta.
Jesús Manzano es un ejemplo de los males del ciclismo. Es un ciclista manejado desde todos lados. Primero desde su equipo, después por la prensa, que ha visto en él un filón a la hora de vender periódicos. AS no pierde una. Hoy vuelven a subir el link de "cómo se dopa un ciclista". Sin embargo, cabría destacar que la credibilidad de este personajes está por los suelos. Manzano no es precisamente ejemplo para nadie y quien sabe de ciclismo sabe a qué me refiero. Las declaraciones de este hombre están llenas de lagunas. Primero inculpa a unos, despues a otros, después a todo el mundo... eso no es serio. Si de verdad quería tirar de la manta lo debería haber hecho desde el principio. Sin embargo, en sus constantes apariciones no hace más que engordar su propia bola de nieve. Manzano no goza precisamente de mucha credibilidad, el problema es que la prensa en España no ha encontrado otro que esté dispuesto a rajar. Dario Gadeo, un tío con cabeza, abrió la boca pero vió el panorama y nunca más se supo de él. Su declaración hubiera tenido mucho más peso que la de Manzano pero, de momento, lo único que tenemos en España es a Manzano escupiendo fuego.
En Alemania, Dinamarca o Suiza han sido corredores respetados en el pelotón los que han reconocido su implicación en casos de dopaje. Rolf Aldag, Jesper Skibby o Rolf Jaermann son corredores con gran peso en sus respectivos países. Sin embargo, Jesús Manzano no es la mejor fuente para haber destapado toda esta trama. Con él comenzó la chapuza de la Operación Puerto y ahora en vez de intentar arreglarlo siguen removiendo la trama con la única prueba real. De aqúi a julio seguro que desde Francia continúan los intentos de derribo hacia Valverde. Mucho tendrá que trabajar toda la maquinaria del murciano para que finalmente pueda partir de Londres.
Lo peor es que esto es lo que buscan muchos. Volver a romper la cuerda. Desde Francia el aparato mediático está empeñado en impedir la presencia de Valverde en su Tour de Francia. La ofensiva lanzada hace dos semanas, en la que pedían un movimiento al murciano, parece que no tuvo todo el éxito esperado, así que ahora recurren al segundo plan. Para ello nada mejor que abrir las cloacas y vertir sobre el ya denostado ciclismo las agrias palabras del despechado Jesús Manzano, aquel corredor despedido de Kelme por sus alardes de grandeza en un hotel madrileño. Es cierto, Manzano fue un títere en manos de Eufemiano. A saber qué le dieron en aquella etapa del Tour en que casi la palma. Sin embargo, desde su expulsión de Kelme todos sus movimientos han obedecido a las leyes de la venganza, que él mismo estableció desde el mismo momento en que los euros frescos comenzaron a sonar a su puerta.
Jesús Manzano es un ejemplo de los males del ciclismo. Es un ciclista manejado desde todos lados. Primero desde su equipo, después por la prensa, que ha visto en él un filón a la hora de vender periódicos. AS no pierde una. Hoy vuelven a subir el link de "cómo se dopa un ciclista". Sin embargo, cabría destacar que la credibilidad de este personajes está por los suelos. Manzano no es precisamente ejemplo para nadie y quien sabe de ciclismo sabe a qué me refiero. Las declaraciones de este hombre están llenas de lagunas. Primero inculpa a unos, despues a otros, después a todo el mundo... eso no es serio. Si de verdad quería tirar de la manta lo debería haber hecho desde el principio. Sin embargo, en sus constantes apariciones no hace más que engordar su propia bola de nieve. Manzano no goza precisamente de mucha credibilidad, el problema es que la prensa en España no ha encontrado otro que esté dispuesto a rajar. Dario Gadeo, un tío con cabeza, abrió la boca pero vió el panorama y nunca más se supo de él. Su declaración hubiera tenido mucho más peso que la de Manzano pero, de momento, lo único que tenemos en España es a Manzano escupiendo fuego.
En Alemania, Dinamarca o Suiza han sido corredores respetados en el pelotón los que han reconocido su implicación en casos de dopaje. Rolf Aldag, Jesper Skibby o Rolf Jaermann son corredores con gran peso en sus respectivos países. Sin embargo, Jesús Manzano no es la mejor fuente para haber destapado toda esta trama. Con él comenzó la chapuza de la Operación Puerto y ahora en vez de intentar arreglarlo siguen removiendo la trama con la única prueba real. De aqúi a julio seguro que desde Francia continúan los intentos de derribo hacia Valverde. Mucho tendrá que trabajar toda la maquinaria del murciano para que finalmente pueda partir de Londres.
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