lunes, diciembre 04, 2006

Un Grande Giro

Después de todo un fin de semana sin postear vuelvo al blog con retomadas energías. Estos días no ha habido grandes novedades en el mundo del ciclismo, aunque hay algunas declaraciones que conviene destacar como ésta de Aitor González. Sin duda unas manifestaciones que se agradecen tal y como está el panorama. Lástima que los únicos que continúan hablando sean aquellos que ya se han retirado del ciclismo profesional.

También destacable, aunque en este caso por negativo, es la dimisión de Chema Rodríguez como director de Meta2Mil. Sin duda uno de los mejores periodistas españoles de los últimos años. Se desconoce el porqué de la dimisión de Rodríguez, pero sin duda el semanario pierde a uno de sus grandes valedores.

Sin embargo, la gran noticia de estos últimos días es la presentación del Giro de Italia. La corsa rosa ya conoce su recorrido y, por segundo año seguido, éste estára marcado por su gran dureza. La montaña volverá a ser protagonista en la gran prueba italiana, aunque si hubiera que destacar algo negativo sin duda habría que decir que la gran parte de esta dureza se concentra al final del recorrido, por lo que habrá que esperar hasta final de carrera para conocer realmente quienes son los auténticos candidatos al triunfo. Esto es un arma de doble filo, ya que de esta manera se mantiene el interés hasta el final pero por el otro es posible que los favoritos guarden fuerzas hasta esa parte final.

La carrera comenzará en la isla de Cerdeña. La primera jornada será una crono por equipos de 24 kilómetros, nada que ver con las simbólicas CRE de la Vuelta de otros años, en las que no se pasaban de 10 kilómetros. Después de tres días por tierras mediterráneas, se llegará al continente con la primera llegada en alto de la carrera con el final en Montevergine di Mercogliano, una subida tendida pero que, sin duda, obligará a los favoritos a llegar en buenas condiciones al inicio del Giro de Italia.

Después de varias jornadas en las que la carrera se encaminará al norte, se llega a la décima etapa, segundo final en alto de la carrera. Se arriva al Santuario de Nostra Signora della Guardia, una subida de nueve kilómetros que presenta su parte más dura en los últimos kilómetros. A poco más de un kilómetro de meta se encuentra una terrible rampa del 14 por ciento que puede terminar de romper una carrera que ya debe de llegar con los corredores dando al máximo a ese punto de carrera.

La decimosegunda etapa no acaba arriba pero es una de las jornadas más duras de la carrera. Se llega a la ciudad francesa de Briancon. Ciudad que suena a ciclismo y que evoca grandes jorndas de ciclismo como las vividas en los últimos años con protagonistas de la talla de Alexandre Vinokourov, Lance Armstrong o Santiago Botero. Se subirán el Agnello y el Izoard, ya en territorio francés. El primer puerto es un gigante de más de 20 kilómetros en el que se superan rapmas que alcanzan el 15 por ciento. Izoard es uno de los grandes puertos míticos del Tour de Francia, y en sus catorce kilómetros de subida destacan, por encima de todos, los últimos en los que a la dureza de las rampas se unen un paisaje inhóspito y su famosa recta interminable.

La decimotercera etapa será una cronoescalada al Santuario de Oropa, lugar emblemático para los seguidores de Marco Pantani y en donde el Pirata creó alguna de sus mejores obras sobre la bici. Sin grandes rampas, Oropa se caracteriza por lo sostenido de su subida, con unas rampas que no bajan en apenas ningun momento del siete por ciento de media.

La llegada a Bérgamo en la decimosexta jornada significará uno de los pocos días de media montaña en los que los aventureros que lleven tiempo perdido en la general podrán aprovechar para lograr su triunfo. Se superará el Passo di San Marco, un monstruo de 26 kilómetros, que no debe de atragantarse a ningún favorito teniendo en cuenta que éstos ya estarán definidos por estas fechas y que el puerto se sitúa a bastantes kilómetros de meta.

Al día siguiente se llega a una de las etapas más esperadas por los aficionados al mundo del pedal. Se llega de nuevo a las 3 Cimas de Lavaredo, cumbre que no acogía un final de etapa del Giro desde 1989, con victoria en ese año del escalador Lucho Herrera. Con sus más de 20 kilómetros de subida - con dos descansillos intercalados- Lavaredo es uno de los puertos más duros de esta edición. Pero ese día también se subirán San Pellegrino y Passo Giau, dos cimas que dejarán las fuerzas justas para la ascensión a 3 Cimas de Lavaredo. Esta es una de las etapas reinas de este Giro, quizá junto con la decimoséptima con final en el terrible Monte Zoncolan.

Y es que el Zoncolan ya ha sido calificado por muchos como el Angliru italiano. Ese día no se subirán más puertos de consideración pero la presencia de este juez debe de ser suficiente para asegurar espectáculo a este día. La etapa partirá de tierras austriacas, concretamente desde la ciudad de Linz. Para el final quedan las rampas del más del 20 por ciento del Zoncolan.

Por si alguno echaba de menos una crono individual, tan sólo decir que ésta llegará en la vigésima etapa y que será en tierras del Veneto. Se partirá de Bardolino y se llegará a Verona. A muchos les sonarán estos nombres, ya que precisamente en Bardolino se disputaron los mundiales contra el crono de hace dos temporadas.

Un Giro para escaladores en el que los ciclistas deberán de volver a poner el espectáculo. La organización ha puesto todo lo que tenía que poner para que así sea. El ciclismo puede volver a renacer en tierras italianas.

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