Los juegos de Martinelli

Durante este Giro de Italia parece que nadie sabe a qué está jugando Lampre. El día de Saltara, la primera etapa dura del Giro, impusieron un ritmo muy duro con Marzio Bruseghin tirando del grupo denodadamente pero sin objetivo alguno. La victoria de etapa parecía muy difícil, y además contaban con la baza, no jugada, de Patxi Vila por delante. Al día siguiente en el Lanciano volvieron a imprimir un fuerte ritmo a la carrera, lo que sin duda benefició a un Iván Basso que llegó fresco a los últimos kilómetros y pudo rematar el trabajo que otros habían hecho. Digamos que de estos dos casos el primero es el más llamativo, ya que el propio Patxi Vila ha reconocido encontrarse muy bien de cara al posible triunfo de etapa y a ser uno de los tapados de este Giro. El vasco mascullaba en su interior la decepción de que el equipo no hubiera confiado en él y hubiera puesto a trabajar a todo el arsenal cuando por delante él tenía una gran ocasión. En el caso de la llegada a Passo Lanciano se puede justificar esta actitud con la búsqueda de la victoria de etapa por parte de Cúnego, pero aún así las cartas no fueron jugadas como se debería haber hecho.

Parece impropio este nerviosismo en los hombres de Martinelli, un director que ha llevado, entre otros, corredores de la clase de Marco Pantani, y que cuenta con una amplia experiencia en todo tipo de situaciones en carrera.
Ayer vivimos el último despropósito de Lampre en carrera. Con una fuga ya consolidada, que estaba claro que se jugarían el triunfo de etapa, los de rosa y azul decidieron empezar a tirar por detrás, según declaraciones de su director en busca de la general de equipos. Con todo el respeto del mundo; me parece una soberana estupidez. Un equipo que ha venido al Giro a vencer en la clasificación general con Damiano Cunego, no puede entrar en tantas batallas menores, cuando aún queda por disputar lo más duro del Giro y es ahí cuando Cunego necesitará en plena forma a sus compañeros. Lampre es un equipo formado en esta carrera eminentemente por escaladores. Todos, salvo Paolo Fornaciari, son corredores que se defienden muy bien en la escalada, pero cuando empiece a auténtica montaña de este Giro quizá esos corredores se encuentren con un punto menos en su nivel de potencia debido a exhibiciones innecesarias. La excusa de que Franco Pellizotti iba en la fuga del día tampoco era válida, ya que el italiano es un corredor que, por mucho que se haya colocado cuarto, no debe inquietar a los grandes de este Giro ya que ha demostrado que la alta montaña se le atraganta más que al resto de corredores que luchan por la maglia rosa.

En la resolución de la etapa podemos hablar de un hecho inusual. Se formó una fuga de 21 hombres, entre los que iban cuatro del Caisse D´Epargne, y finalmente venció el favorito, algo que no suele ser muy habitual en este tipo de llegadas. Pellizotti, que se impuso así en su primera etapa en el Giro después de victorias en Tirreno y País Vasco entre otras, contó con la ayuda de su compañero Charles Wegelius y de varios de los hombres de Caisse, sobre todo Fran Pérez y José Luís Carrasco, que abortaron la fuga de Axel Merckx a escasos metros de la línea de meta. El belga se escapó en una pronunciada bajada a quince de meta y consiguió una ventaja que hubiera sido suficiente de no ser por el trabajo de esos hombres y por el duro final empinado en la bella ciudad adriática de Peschici. Pellizotti fue el más fuerte en esta última subida y ganó claramente por delante de Efimkin del Caisse y del kazajo Yakovlev de Liberty.

Hoy tenemos día de descanso y mañana llega la que puede ser gran prueba de fuego para muchos; la crono larga de la carrera, con cincuenta kilómetros, en la que corredores como Basso, Savoldelli o Iván Gutiérrez tratarán de distanciar a otros como Simoni, Cunego o Rujano que tratarán de no perder más tiempo del previsto.

Fotos: Sirotti