jueves, octubre 26, 2006

Mejor ciclista -Finalista-

TOM BOONEN

Podría parecer que esta no ha sido la temporada de Tom Boonen. El belga realizó un formidable 2005 con título mundial incluído. No sólo el arcoirís coloreó aquella temporada, ya que Flandes, Roubaix y un par de etapas en el Tour completaron un palmáres increíble. Ese año de ensueño le valió el título honorífico de mejor ciclista de la temporada, a pesar de que el título del Pro Tour fuera a parar a Danilo Di Luca.

En este 2006, Boonen "sólo" ha podido renovar título en Flandes, ¡ pero qué victoria!. Aunque el de Quick Step no haya podido igualar la temporada pasada, hay que explicar que una vez se llega a la cumbre de la manera en que lo hizo Tom, es casi imposible mantener ese nivel al año siguiente. Aún así, Boonen ha realizado un año más que notable, con 21 victorias profesionales, lo que le vale este puesto de finalista en los Premios Mortirolo a los mejores del año.

Este auténtico ídolo de masas en Bélgica - sólo comparable a Fernando Alonso, Pau Gasol o Rafa Nadal en España- comenzó el añó de un modo espectacular, venciendo en el GP de Doha y haciendo lo propio en cuatro de las cinco etapas del Tour de Qatar. Por supuesto, el belga también se hizo con la general de la ronda asiática, en la que cada llegada suponía un sprint masivo en el que Boonen imponía su ley.

Boonen iba afinando su puesta a punto de cara a su gran objetivo de esta primera parte de la temporada. Un nuevo doblete en Flandes y Roubaix eran el sueño del belga. Nadie antes había conseguido doblar dos años seguidos en dos de las pruebas más duras del calendario internacional. Los muros de Flandes y el pavé de Roubaix temían la llegada del ciclista que un año antes había domado insolentemente la fiereza de estas pruebas. En el camino hasta la plaza central de Brujas, Boonen se hizo con el triunfo en tres etapas de las París Niza y en la semi clásica belga E3 Vlaanderen.

Así hizo acto de presencia Tom Boonen en Brujas. Rodeado por multitud de aficionados, auténticos amantes de este deporte, que coreaban su nombre, que le animaban y que le empujaban a vencer la prueba orgullo de todos los flamencos. El resto de corredores sabían quien era el favorito. Es más, todos los ojos apuntaban a Boonen, por lo que la táctica del resto de equipos con opciones de victoria, era la de romper la carrera para impedir el sprint masivo en el que no se le escaparía la victoria al sprinter belga. Aún así, Boonen seguiría siendo el favorito, ya que su victoria de hacía un año se cimentó en una fuga en el muro de Valkenberg.

Ese día vivimos una de las mejores jornadas de ciclismo de todo el año. Boonen se empeñó de nuevo en demostrar que es algo más que un sprinter y dejó a sus rivales con un canto en los dientes rompiendo la carrera desde el Koppenberg, a más de setenta de meta. Allí se formó el grupo de favoritos que arrivó de nuevo al Valkenberg, muro situado a 32 kilómetros de meta en el que Boonen rompió la carrera el año anterior. Esta vez fue Hoste quien comenzó las hostilidades. El entonces Campeón del Mundo respondió al ataque del hombre de DSC y ambos se plantaron solos en Ninove, donde Boonen impuso su mayor punta de velocidad.

En Roubaix en cambio, no pudo repetir triunfo, ya que la locomotora Cancellara fue superior al resto. Boonen fue oficialmente segundo, si bien su puesto real fue el quinto, ya que la descalificación de los tres hombres que se saltaron el famoso paso a nivel hizo subir puestos al Quick Step. Ese día, el rubio parecía no tener las sensaciones de hacía una semana. Su equipo no funcionó tan bien como en Flandes y el belga pudo pagar su exceso de gasto.

Tras Roubaix, Boonen completó la temporada de Clásicas con la victoria en el GP Escalda. Después llegó un merecido descanso que debía de llevarle hasta el Tour en las mejores condiciones. Sin Alessandro Petacchi, lesionado desde el Giro, el belga era el máximo favorito en los sprints de la carrera francesa. Sin embargo, Boonen evidenció no atravesar su mejor estado de forma, por lo que Hushovd, Mcewen o Casper se aprovecharon de ello, logrando los triunfos en las llegadas masivas.

A finales de agosto pareció regresar el mejor Boonen. Su tres victorias en el Benelux auguraban un final de campaña en el que el belga fuera de nuevo protagonista. Sin embargo, no encontró nunca el golpe de pedal y ni siquiera en el Mundial pudo luchar por estar entre los mejores en el sprint del grupo. La temporada se hizo muy larga para un Tom Boonen que deberá pensar en no derrochar esfuerzos en febrero en próximos años si quiere llegar en forma al final de la campaña.

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