martes, marzo 11, 2008

Los grandes apuntan en París - Niza

La París - Niza es una carrera bonita por naturaleza. Muchos de los grandes del pelotón marcan cada temporada esta cita como la primera parada importante en su calendario. No es sólo un lugar en donde comprobar el estado de forma de cara a futuros compromisos, también es un valioso trofeo que a final de temporada adornará con guirnaldas de oro el palmarés del vencedor. Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Sean Kelly, Miguel Induráin, Laurent Jalabert o Alberto Contador son algunos de los ciclistas que saben lo que es ser el mejor en la carrera francesa.

Esta temporada la prueba ha estado marcada por la polémica lucha entre UCI y ASO. Los federativos trataban por todos los medios que la competición no contara con los equipos profesionales, ya que esta París - Niza no está inscrita en el calendario UCI. Sin embargo, corredores y equipos han optado por tomar la salida, en un pulso que ha dejado a Aigle con aún menos peso en el ciclismo mundial del que ya tenía. La UCI no controla el devenir de este deporte y eso ha supuesto la última estocada al invento ProTour.

Hablando de ciclismo, que es lo más bonito y lo que nunca deberíamos abandonar, los dos días de París - Niza ya transcurridos han deparado un bonito espectáculo, tanto que deberíamos odiar aún más a la UCI por tratar de quitarnos lo que de verdad nos gusta. El prólogo no estuvo exento de emoción. La lluvia hizo acto de aparición en la mal llamada "Carrera del Sol" y a punto estuvo de desequilibrar el resultado en favor del vasco Markel Irízar, un corredor que en aficionados ya destacaba por sus prestaciones contra el crono pero al que en profesionales le ha costado mostrar su calidad. El de Euskaltel - Euskadi ha ido creciendo año tras año como ciclista y en este 2008 parece preparado para afrontar retos más importantes. Cerca, cerca estuvo de dar la sorpresa pero cuando ya saboreaba la victoria, llegó a meta Thor Hushovd, el noruego venido del frío, mostrando su buen momento de forma. Tercero en Het Volk y en clara progresión ascendente en esta parte de temporada, el líder de Crédit rompió todos los tiempos en meta y se hizo con el primer amarillo en carrera. Hushovd no completó un buen 2007, marcado por una lesión de principio de temporada que le hizo no llegar en condiciones a la temporada de clásicas. En cambio, este año podría ser uno de los mejores en la carrera del noruego.

Pero si bonito fue el prólogo, no menos la primera etapa. Quizá los ciclistas no piensen lo mismo, ya que tuvieron que afrontar una de esas jornadas con viento, frío y agua. Tanto, que la organización acortó la etapa dejándola en tan sólo 90 kilómetros... los suficientes para provocar la primera selección en carrera. Sólo un grupo de 40 corredores aguantó al frente de la prueba. Por detrás, grupos y grupos que se cortaban por el aire, la estrechez de las carreteras y el fuerte ritmo que Quick Step marcaba en cabeza del grupo cabecero. Haimar Zubeldia, que llegaba con intenciones a la salida, y Cadel Evans fueron los dos grandes perjudicados. En meta se dejaban más de dos minutos y medio y gran parte de sus aspiraciones de luchar por la general. Al australiano le queda trabajar para Popovych, a Zubeldia buscar la hazaña atacando, algo que no deberíamos descartar a pesar de que hablamos de uno de los corredores más conservadores del pelotón. Junto a Popovych, los analistas añaden a Franck Schleck para nombrar los dos grandes favoritos al triunfo. Los españoles aún contamos con las bazas de Juanma Gárate y de Luis León Sánchez, un corredor al que se le da muy bien esta prueba. El escalador Robert Gesink, Rinaldo Nocentini i incluso valientes como Sylvain Chavanel también darán que hablar en lo que resta de carrera. Otros, como Trofimov, Florencio, Fedrigo o Tankink, vieron de cerca el suelo de la París - Niza. La victoria en la etapa fue para Gert Steegmans, al que nadie pudo seguir en el repecho final. El belga sigue demostrando que es más que una alternativa a Tom Boonen.

lunes, marzo 10, 2008

De vuelta

Después de una semana sin actualizar, os dejo los vídeos de la Vuelta a Murcia, en donde he tenido la suerte de debuta como comentarista en una carrera ciclista. Después de ver una y otra vez mis actuaciones, hay que hacerlo si se quiere aprender, me queda claro que en los primeros días hablaba excesivamente rápido y que con el paso de los días fue marcando mejor el tempo. Aún así, aún me queda mucho que aprender.

Segunda etapa:



Quinta etapa:

sábado, marzo 01, 2008

Espectáculo en la Het Volk

El sábado vi ciclismo. No he podido refrendarlo en este blog antes pero me resistía a no dejarlo por escrito. El sábado vi una carrera de ciclismo y señores, ¡qué carrera! Philippe Gilbert demostró que la valentía no está reñida con la victoria, que en el ciclismo de hoy día aún se puede ganar demostrando que eres el mejor. El valón llegaba a la ciudad flamenca de Gante con la vitola de favorito a la victoria final. La prensa local apuntaba a él y a Tom Boonen como máximos candidatos al triunfo en la prueba que abre la temporada de clásicas y, mientras uno demostró que aún está lejos de su mejor momento, el otro se dedicó a plasmar su superioridad en un recorrido salpicado por tramos de dulce pavé y pequeños muros, zonas que a los aficionados nos hacen soñar con lo que está por venir. Con el grueso pavé de Roubaix y con los muros inacabables de Flandes.

Y eso que parecía que asistiriamos a una exhibición de Quick Step. Patrick Lefévere presentaba un ocho de gala para la Het Volk. Casi se podría decir que cualquiera de esos corredores podía vencer la carrera. A falta de 80 kilómetros, los Quicky mandaban en cabeza de pelotón y controlaban el tempo de un gran grupo que marchaba tranquilo. Incluso cuando hubo que apretar apareció la figura de Stijn Devolder, un ciclista que viene de vencer en el Algarve y que se encargó de crear la primera selección. Sin embargo, pronto veríamos que no era el día de los corredores del conjunto belga. Gert Steegmans cedía, Tom Boonen desaparecía, Paolo Bettini trabajaba... y cuando llegó el ataque de Philippe Gilbert a 60 kilómetros de meta, nadie pudo seguir la estela de belga. Lo intentó Nick Nuyens pero el de Cofidis tuvo que ceder en las rampas del Eikenberg ante la pujanza de su compatriota. Gilbert iba encendido. Los kilómetros acumulados en Australia y Mallorca se hicieron notar en ese duro demarraje.

En ese momento parecía que la aventura de Gilbert estaba condenada a fracasar. Por detrás quedaban muchos corredores juntos y los equipos podían organizarse para dar caza al suicida. Lo intentaron CSC, Cofidis y hasta Quick Step pero la mecha del de la Française des Jeux, lejos de apagarse, se avivaba con el paso de los kilómetros. El valón iba dando caza uno a uno a los integrantes de la fuga del día. Algunos se ponían a su rueda... otros ni lo intentaban, y sino que le pregunten al galo David Boucher. Otro francés, Arnaud Gerard, compañero de equipo de Gilbert, echó una mano a su líder para agarrar a los últimos escapados. Por detrás, se organizaban los más fuertes. Cancellara, Hushovd o Nuyens buscaban la rueda del líder, ya en cabeza en solitario, pero la ventaja seguía aumentando. No había otra solución posible. Philippe Gilbert se presentó en Gante con más de un minuto respecto a Nuyens y eso que el tramo final se le atragantó. Ése es el ciclismo que nos ofrecen las carreteras de Bélgica, unas carreteras que deberían de ser patrimonio mundial del ciclismo.