Al final los que pagan el pollo son los de siempre. En Active Bay se han visto empapados por el escándalo de la "Operación Puerto" hasta el fondo. El propio director del equipo fue pillado en la detención de los cabezas de la trama. Mientras, Quique Gutiérrez y Santiago Botero, que se han visto envueltos casi de puntillas y a través de declaraciones filtradas por diversos medios, han sido apartados de un modo cautelar por su equipo, el suizo Phonak.
Resultaría llamativo si esto no fuera lo de siempre. El director y el equipo continúan para adelante y los corredores son los que pagan. Así nunca habrá solución a la trama del dopaje, porque está comprobado, que en la mayoría de los casos, los que dan las sustancias dopantes a los corredores son los responsables del propio equipo, pero a la hora de repartir sanciones los que pagan son los ciclistas, que suelen aceptar esta situación y se callan tras asumir que estarán mucho tiempo sin tocar una bici en competición. Alguna vez una voz inoportuna ha salido al paso de esto y ha roto el silencio encubridor. La pena es que estas voces no suelen tener como propietarios corredores de primer nivel y que, de este modo, tengan cierto peso entre la esfera mediática. Que Jesús Manzano abra la boca, por mucho que Prisa le dé todo el bombo que quiera, nunca alcanzará la repercusión que lo haría de hacerlo un gran campeón. Además, el madrileño ha demostrado una y otra vez que no es una persona capaz de mantener un debate y, aunque quizá lleve razón en lo que cuenta, la manera en la que ha hecho público su situación y los atenuantes que conyevaban su declaración -había sido despedido del equipo tras un episodio extraño en un hotel-, no hacían que su declaración fuera una cátedra en contra del dopaje. Darío Gadeo y Pedro Díaz Lobato también han hablado de que el dopaje estaba ampliamente extendido en el ciclismo, pero ninguno tenía la repercusión necesaria para hacerse oir. Así pues, mientras que los grandes se sigan callando y continúen aceptando esta situación, todo seguirá sin novedad alguna. La gran oportunidad para haber dado un golpe sobre la mesa la tuvo -aún la tiene- Roberto Heras. El bejarano ha salido de la esfera pública y no se ha escuchado opinión alguna acerca del caso que nos concierne. Él sabe muy bien de qué va todo esto y la suya si es una voz que sería ampliamente escuchada. Heras es un corredor serio, que aún envuelto en el positivo de la pasada Vuelta, no ha perdido la condición de deportista de primer nivel y que cuando hace manifestaciones conyevan una cierta importancia.
Volviendo al caso con el que he arrancado. Mientras Active Bay ha encontrado una sustituto kazajo para Liberty -la ciudad de Astania-, y que incluso ofrece más dinero al equipo que Liberty, Quique Gutiérrez y Santiago Botero han sido apartados por su equipo. Manolo Saíz se pasa de este modo el Código ético del Pro Tour, que tanto ha defendido, por el mismísimo forro. El cántabro ha perdido toda la credibilidad que aún le quedaba siguiendo al frente de un barco que se resiste a abandonar. Váyase señor Saíz, váyase.
En Phonak siguen de este modo con su política de "limpieza". Un equipo que en los últimos años ha tenido escándalos con Camenzind, Santi Pérez, Tyler Hamilton y Santos González, que siempre ha salido reforzado en la batalla corredor - equipo. Seámos serios, ya que Phonak no lo es, no es casualidad que los suizos vayan como un tiro y que los positivos vengan de sus mejores corredores, entre los que por cierto encontramos alguno de los primeros casos conocidos de transfusión. Phonak es un equipo que da doping a sus corredores, pero que cuando pillan a éstos son despedidos y dejados en la puta calle. El último caso el de Quique "vamos a mandarle su comida al búfalo" y Botero, quien en la última semana ha rajado de lo lindo en contra de su equipo. Quien sabe, quizá se quieren quitar de enmedio al colombiano y les sobra con que su nobmre aparezca en una lista en la que es tan fácil aparecer como conseguir EPO en el equipo. Equipos como Phonak sobran del ciclismo.
En Euskal Bizikleta victoria de Aarón Villegas en la llegada en alto de Gaztaga. En un etapa larga, con multitud de fugas y un terreno bastante pestoso -como todos los días- el corredor del Orbea logra de este modo un triunfo importantísimo para su equipo y el primero para él como profesional. Villegas, que ya estuvo muy combativo en la jornada anterior, cimentó su victoria en una escapada numerosa de la cual fue el último en aguantar y el único en resistir la rueda de Koldo Gil, sin duda el mejor en esta carrera. Lo malo es que de nuevo vimos un "gana tú", ya que el de Saunier Duval pudo dejar a Villegas al final de la subida pero prefirió premiarlo con la victoria de etapa después de su lucha. El de Orbea merecía un triunfo de etapa, pero éstos no son los que gustan.