
Lo cierto es que CSF - Navigare anda, y mucho. Ante esto, y mientras que la biología y la química no digan lo contrario, los de verde y naranja son colectivamente el mejor conjunto de este Giro. Y eso que el primer 'palo' fue para ellos. Su único sprinter en carrera, el bonaerense Max Richeze, se quedaba en los tacos de salida por un positivo en el Circuito de la Sarthe anunciado a pocas horas del inicio del Giro. Cuentan que el patriarca Reverberi se sintió abatido. "¿Y ahora cómo vamos a ganar etapas en este Giro si perdemos a nuestro mejor velocista?", comentaba el experto director deportivo. Pronto le quitó esa pesadumbre Matteo Priamo, uno de los héroes de Turquía. Victoria en Peschici y de un golpe Giro solventado. A partir de ese momento, quinta etapa de carrera, todo lo logrado serían 'extras' que agregar al objetivo marcado como esencial desde un principio. Las cosas se fueron torciendo en días posteriores. Los héroes de Turquía, Matteo Priamo y Filippo Savini, se veían obligados a abandonar por sendas caídas y Emanuele Sella, a priori el hombre encargado de dar presencia en la clasificación general, se dejaba casi veinte minutos camino de Cesena por otra visita al asfalto.
Todo cambió con la llegada de los Dolomitas. "Me he descubierto a mí mismo un nuevo Sella", aseguraba el menudo escalador de la formación Navigare después de su primer éxito en este Giro de Italia. Los dos han llegado de manera bastante similar, aunque diferente en ciertos matices. La victoria en Alpe di Pampeago fue más épica si cabe que la lograda un sólo día después en la Marmolada. El día de Val di Fiemme, Sella abandonó la compañía del resto de escapados en las primeras rampas del Manghen, uno de los puertos más duros de esta edición. El véneto ascendió sin mirar atrás, encendido, en busca de un triunfo que prácticamente tenía en el bolsillo debido a las excelsas diferencias con las que se manejaba. En la Marmolada, Sella se 'limitó' a abandonar a Quim, Nibali y su coéquipier Baliani en el último puerto. Aquel día, segundo en la etapa fue otro compañero suyo, el 'ingeniero' Domenico Pozzovivo. Para completar este breve repaso a los dolomitas hay que añadir que sólo Pellizotti impidió el 'hat trick' de Sella en la cronoescalada al Plan de Corones.
Con sólo seis hombres, cinco si tenemos en cuenta que la aportación de Tiziano Dall´Antonia en montaña no puede ser muy determinante, los CSF - Navigare afrontan esta parte final de carrera en un situación que, bajo mi punto de vista, les convierte en claros candidatos a la victoria final del Giro de Italia. Creo no exagerar teniendo en cuenta lo que se viene y lo mostrado estos días por los cinco hombres a los que voy a hacer mención: Emanuele Sella, Domenico Pozzovivo, Fortunato Baliani, Luis Felipe Laverde y Julio Pérez Cuapio. Reverberi tiene bajo su mando al único equipo capaz de dinamitar la carrera en bloque y con más de un hombre en auténticas condiciones de hacer daño en Vivione, Presolana o Mortirolo. El resto de líderes, aunque partan mejor situados en la general, no pueden jugar con la doble carta, ya que tanto Contador, Riccó, Simoni, Di Luca, Bruseghin, Menchov o Pellizotti se tendrán a ellos solos en los momentos más determinantes de lo que queda de Giro. Ni Bosisio, ni Nibali, ni Kloden, ni Leipheimer ni Ardila, pueden resistir el ritmo de los mejores en el Mortirolo. Sin embargo, Sella si podría tener a su lado a Pozzovivo y a Pérez Cuapio. Al mexicano le cuesta mucho entrar en forma, sobre todo por su afición a todo lo ajeno al entrenamiento, pero con 18 etapas en sus piernas puede ofrecer un buen espectáculo en las duras rampas alpinas que restan. El propio Sella es octavo en la general a 4.25 de Contador, mientras que Pozzovivo décimo a 5.25. Diferencias considerables pero que pueden resultar insuficientes para el madrileño habida cuenta de la dificultad que aún resta. Incluso con la crono de Milán a su favor, el de Astaná tendrá que sufrir las abatidas de un equipo que será clave en el desenlace de este Giro.