Un cántabro a orillas del Mediterráneo

José Iván Gutiérrez, o Iván tal como a él le gusta que lo llamen, no nació en el Mediterráneo, sino que lo hizo cerca del Cantábrico, un mar de aguas mucho más frías que el otrora Mare Nostrum. Sin embargo, al de Caisse D´Epárgne se le da muy bien una de las pruebas más insignes de este arranque de temporada. Además de por su calidad ciclística, el Tour del Mediterráneo es señalado como una de las carrera más bellas del panorama mundial. Los corredores han de atravesar la portuaria Marsella, cruzar los alpes dejando atrás la bella Toulon, ciudad sobre la que se erige el Mont Faron, cima cumbre de esta carrera año tras año, y arrivar el último día a la tan musical como ciclista San Remo. Esa etapa final coge prestado de la Classicisima los últimos kilómetros, tan sólo para rendir homenaje a la gran clásica italiana y, también, para que los que dentro de un mes se enfrentarán en busca de la gloria, tengan un primer contacto con La Cipressa o El Poggio.

Como ya he dicho, esta es una carrera que se le da muy bien a Iván Gutiérrez. El año pasado ya consiguió el triunfo de etapa en el Mont Faron. Aquel día consiguió imponer su velocidad en los metros finales para adjudicarse uno de sus mejores triunfos del año. Esta temporada el premio es aún mayor. La general estaba a un paso para Iván. Sólo era necesario llegar a la Via Roma de San Remo con los mejores, objetivo para el que Gutiérrez está capacitado más que de sobra. A su favor contaba con casi un minuto de ventaja sobre su más inmediato perseguidor, el pucelano Ricardo Serrano, y con un equipo volcado con él en el que Marco Fertonani y Aitor Pérez están realizando una labor encomiable. Como es lógico, Iván lo ha conseguido.

Este año, la etapa del Mont Faron ha ido a parar de todo un fuori classe como Rinaldo Nocentini. El italiano va a dar muchas alegrías a AG2R este año y no exagero un ápice cuando denomino al ex de Mapei como una de los corredores a tener en cuenta en este 2007. Un ciclista en plena madurez que aúna buenas maneras en la subida con una punta de velocidad bastante aceptable. Su simil más cercano podría ser Danilo Di Luca, compañero de generación en aficionados. El de Spoltore ha conseguido mejores resultados en estos años pero, aunque tardía, la eclosión de Nocentini puede ser uno de los acontecimientos de este año.

Ese mismo día, José Iván Gutiérrez defendió su liderato con uñas y dientes. La ventaja que tenía sobre el resto, gracias a la gran crono por equipo del primer día de Illes Balears, fue suficiente para conservar su maillot de líder. Marco Fertonani y Aitor Pérez apoyaron en todo momento a su líder, para que el cántabro arrivara en cuarto lugar a la cima, con sólo unos pocos segundos perdidos sobre Nocentini, Fedrigo y Matteo Carrara, los tres hombres que le precedieron en meta.

La quinta y penúltima etapa vivió un sprint con claro color italiano. El vencedor resultó Gabriele Balducci del Acqua Sapone, un ciclista veterano que pasó a profesionales en el Ceramiche Refin. En sus primeros años destacó como sprinter pero después se fue apagando poco a poco en equipos como Tacconi Sport o Saeco. Este año parece haber vuelto a encontrar ese punch final indispensable para cualquier sprinter. Balducci superó en meta a cinco de sus compatriotas. Daniele Benatti, vencedor en la segunda etapa, Mirco Lorenzetto, Angel Furlan, que ya ha ganado en Bességes este año, Marco Zanotti y Francesco Chicchi. Mirco Lorenzetto ha servido su vendetta en la última jornada de hoy. El compañero de Petacchi ha aprovechado la ausencia de su jefe de filas para imponerse en un final de ensueño para todos los velocitas. Eso sí, la prueba de fuego será dentro de un mes.