
Esta temporada no pudo renovar su victoria en la Milán San Remo, pero ha tenido grandes triunfos que muestran un muy buen palmarés a estas alturas de temporada: Etapa en Tirreno Adriático, País Vasco, Flecha Brabancona, etapa en Vuelta a Suiza, dos etapas en el Tour y la Vattenfall Classycs de ayer. En total siete triunfos, seis de ellos logrados en el circuito Pro Tour, y el sexto en una de las durísimas semi clásicas belgas de primavera. Freire afrontará el 24 de septiembre su gran reto de esta temporada: lograr el cuarto título del mundo en ruta, algo que hasta el momento no ha logrado ningún corredor. El circuito austriaco se adapta muy bien a sus características, por lo que si Óscar llega en forma, algo que siempre ocurre en los Mundiales lesiones aparte como la del año pasado, será uno de los máximos favoritos en la línea de salida.
Antes del Mundial estaba la Vattenfall Classycs, que este año estrenaba denominación. Quizá suene mucho más esta carrera si la llamamos Hew Classycs, prueba alemana de la extinguida Copa del Mundo. Ésta y la Henninger Turm de Frankfurt fueron las dos únicas carreras del país germano que llegaron a formar parte de este campeonato ideado por la UCI. Hoy día, la carrera de Hamburgo es la única de las dos que forma parte del Pro Tour. La prueba se desarrolla por los alrededores de la ciudad alemana y su máxima atracción es la subida al Waseberg, un muro de unos trescientos metros que alcanza unas rampas del quince por ciento. Este año han sido tres las subidas a esta cota.
La carrera comenzó con la fuga de los valientes del día: el aussie Corey Sweet, el campeón húngero Lazslo Bodrogi y el italiano de la Liquigas Dario Andriotto. Este último se descolgó del grupo de cabeza cuando una moto de la organización chocó contra él y provocó que Andriotto tuviera que esperar a la disciplina del gran grupo. Estos incidentes no deberían de producirse en ninguna carrera ciclista pero mucho menos en una prueba Pro Tour. Aunque claro, existen precedentes como el del Tour de Benelux el año pasado, en el que la organización fue un auténtico caos.
La escapada prosiguió con el corredor del Wiesenhof y el de Credit Agricole, que llegaron a pasar en cabeza por la primera ascensión. En el grupo de favoritos era Lampre quien parecía más decidido a endurecer la prueba con Figueras y Ballan mostrándose por las posiciones de cabeza. Gerolsteiner y T-Mobile demostraban ser los equipos locales e intentaron romper la carrera sin éxito. Pasada esta primera ascensión, los dos fugados eran cazados por un grupo que comenzó a imprimir un duro ritmo que les llevaría hasta la segunda subida en la que tan sólo volvió a haber fuegos de artificio. Fue en la tercera cuando Alessandro Ballan mostró ser el más fuerte de toda la carrera y dinamitó el grupo partiéndolo en dos pedazos. Por delante marchaban hombres importantes como lo son Davide Rebellin, Andrea Moletta, Danilo Napolitano, Manuele Mori.. pero no hubo entendimiento entre ellos y finalmente el pelotón les dió caza con el trabajo de Milram. A partir de ese momento, Gerben Lowik trabajó de un modo encomiable para Freire y consiguió que ninguna fuga se marchase para que al final Freire venciera en un ajustado sprint a Erik Zabel y Filippo Pozzato, necesitando de la foto finish para decidir el ganador.
En otro orden de cosas, destacables las manifestaciones de Filippo Simeoni - el colega de Armstrong- en la televisón italiana denunciando a los corredores por callarse ante la situación actual del ciclismo y pidiendo unidad frente al resto de colectivos que cargan con menos culpa que ellos. En un extracto de la entrevista, Simeoni manifestaba que Liquigas trabaja limpio y que por eso cuesta tanto que lleguen los resultados, mientras que otros equipos tienen una red de dopaje que es la base de sus éxitos. Quizá lo más importante de estas declaraciones sea que por una vez, un corredor en activo reconozca que el dopaje en el ciclismo se mueve desde los equipos.
2 comentarios:
grande Oscar Freire y creo que como dices no se le reconoce con su grandeza,y cuando se habla de sprinters se le trata mas en un 2º plano.Saludos,y es que quien crea que en el ciclismo,como en cualquier otro deporte no hay doping...pero alomejor el ciclismo es más facil de culpar porque con eso de que son carreras de 3000 kilometros...saludos
No es cuestión de buscar la culpa en los kilometrajes, pero es cierto que quizá debería de haber una reducción de la dureza, sobre todo en las carreras de 3 semanas. Pero, ¿quien podría asegurar que así desaparecería el dopaje?
Un saludo
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